agosto 16, 2009

comiéndose la vida

La cocina siempre me ha parecido apasionante; me inspira calidez; un lugar idóneo para encontrar resguardo y calor... entre fogones y cazuelas. Cocinar es mezclar ingredientes, aromas, tradiciones y emociones; un mundo en el que los sentidos se exacerban; la cocina es creatividad, pasión, sensualidad y seducción. Siempre he creído que la mano, la imaginación, la inspiración y la sensibilidad de un cocinero pueden ser más importantes que la propia formación académica. No digo que no haga falta aprender, pero sí que el tener conocimientos vastos no necesariamente implica ser buen cocinero. En el arte culinario una buena técnica sin pasión no alcanza para producir un platillo memorable y eso es de lo que se trata aquí, de lograr que los sabores y aromas perduren en nosotros mucho tiempo después de haber sido degustados, junto con el recuerdo de ese momento especial en que los probamos por primera vez, aquella ocasión en que fuimos seducidos con ese platillo exquisito –ojo: exquisito no quiere decir alta cocina. Platillo como medio de seducción y el chef como el gran seductor.

Otra gran pasión, el cine, puede resultar una excelente vía para acceder a la cocina, aunque usted no lo crea. Cuando el cine, la cocina... y el amor se mezclan, el resultado es triplemente apasionante. Largo es el amasiato entre cocina y cine (aunque no tanto como el existente entre comida y erotismo); no voy a refirme a la historia cinematográfica-culinaria, en primera porque no es el objetivo de esta entrada y en segunda porque hacer algo medianamente decente requeriría de mucho tiempo y espacio a fin de no dejar fuera ningún film valioso.

Lejos del llamado cine de arte y de cualquier pretensión irreverente o sórdida, existe un sencillo pero grato ejemplo del apetitoso triángulo cine-cocina-amor, el film alemán Drei Sterne/Bella Martha (2001)/Deliciosa Marta/. Deliciosa Marta es una película sencilla, cero pretenciosa y quizá ahí radique su encanto, pues resulta disfrutable para verse sin prisas ni remilgos. La premisa es atractiva y me parece bien llevada, aunque no exenta de un desarrollo previsible: enfrentar dos formas de concebir el arte culinario, pero sobre todo, dos maneras de entender e imaginar la vida. De un lado, el perfecto orden y rigor alemán; del otro, la ligereza y disfrute por la vida italiano. El lado alemán es femenino, personificado por Marta (Martina Gedeck, la misma actriz de La vida de los otros), ella es la chef jefe del Lido un restaurante de Hamburgo. Marta es obsesiva, perfeccionista y rigurosa; elabora la receta perfecta, con las cantidades precisas, a la temperatura idónea y durante el tiempo de cocción exacto; no soporta ningún tipo de alteración ni desorden, su cocina es inmaculada. Y con ese mismo rigor lleva su vida personal, vive sola, no se permite exteriorizar sus emociones y no parece estar preparada para dar ni recibir amor; es medio neurótica. Pero un día, su planificado equilibrio -lo que ella cree así- se ve amenazado desde dos frentes: en su vida personal irrumpe la muerte de su hermana, madre soltera de una niña de 8 años, convirtiendo a Marta en improvisada madre sustituta y como si eso no fuera suficiente, al Lido llega un chef italiano de nombre Mario (Sergio Castellito), quien es la antítesis de Marta: simpático, despreocupado, desordenado, gozoso practicante del cocinar. Así, de la noche a la mañana, la pobre Marta ve cómo se tambalea su perfecta y sincronizada vida, al tiempo que su otrora iimpecable cocina pasa a ser un cochinero total… con sabor italiano: Mario cocina como un Dios, pero es incapaz de lavar una cazuela.

Lo que sigue es lo usual: los opuestos se atraen. Pero aún con dosis de previsibilidad, la cinta –cual plato de Spaghetti alla puttanesca cuyo sabor ya hemos probado, pero igual disfrutamos con placer nuevamente- se deja ver con agrado; las actuaciones son buenas. El asunto se prestaba para melodramas lacrimógenos y aunque por momentos raya ligeramente el borde de la sensiblería, afortunadamente no cae de lleno en ésta y tampoco se solaza en un endulcoramiento excesivo. Film sin pretensiones, pero con encanto y que después de ser mirado invita a cocinar, a entrar en calor y a experimentar con mezclas de sabores, dejando de lado prejuicios en torno a los placeres culinario y amoroso. Claro que los efectos no duran para siempre, como todo placer... son efímeros, pero un buen rato, libre de pesares cotidianos y catástrofes financieras... no viene mal de vez en vez.

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Ah, casi lo olvidaba: but of course que Hollywood ya hizo el remake, No Reservations (2007) con Catherine Zeta Jones y Aaron Eckhart.



Texto adaptado de entre fogones y cazuelas, publicado en el blog mélange »

18 comentarios:

Anónimo dijo...

hola Marichuy!
y como le haces para conquistar a un cocinero? si dicen que por el estomago llegas al corazon...
en mi casa, que es la tuya tambien, el lugar impenetrable para otra persona que no sea yo, es la cocina...
me imagino esa cocina que describes de Martha -inmaculada- y se me antoja estar ahi haciendo un rico postre...
negro en camisa... hummm!
un abrazo

Aurore Dupin dijo...

Mmm... rosquillas (perdón, me afloró el lado kitsch).

Tendré que verla, queridísima.

Estos placeres gastronómicos me evocan: el sabor de la vida (que disfruté en las tardes-noches-madrugadas de los ciclos de cine de Once TV) con una de sus frases épicas "Existen dos tipos de viajeros en la vida, aquellos que parten y aquellos que retornan, los primeros miran el mapa, los segundos miran al espejo", Ratatouille y... Hannibal Lecter.

Besos aderezados.

marichuy dijo...

Ana

A un cocinero se le conquista comiéndoselo.. perdón comiéndose lo que el hace; dejándose seducir por lo que sus manos crean (hablo de comida, querida no te emociones).

Así que tendrás que dejar de lado tus rigideces y permitir que entre en tu cocina.

Un abazo

marichuy dijo...

Querida Aurore

Jajá, eso de "mmmm rosquillas" me recordó a nuestro amigo el gato comelón, hedonista y cínico.

Querida, advierto que "Deliciosa Marta" puede parecerte demasiado suave junto a Hannibal; en todo caso, es más cercana a Ratatouille. Pero tiene su atractivo. Ella resulta encantadora y aunque Sergio Castelito no es mi hit, por ella bien vale la pena (será que me encontré más de un reflejo).

La he visto recientemente, a un precio accesible, en Sanborn's y en MixUp.

Besos cocinados

Aurore Dupin dijo...

Querida:

"A un cocinero se le conquista comiéndoselo" "Advierto que Deliciosa Marta puede parecerte demasiado suave junto a Hannibal" son frases tan deliciosamente anfibológicas...

¿Hedonista, cínico y comelón? ¿Por qué gustará tanto ese gato anaranjado? No me siento identificada con él... debe ser el tipo de letra que utiliza en sus silenciosos (¿o licenciosos?) diálogos.

Besos gatunos.

http://www.garfield-es.com/tiras_comicas/tirasFecha.php?day=10&month=06&year=2000&cant=1

http://www.garfield-es.com/tiras_comicas/tirasFecha.php?day=26&month=03&year=2001&cant=1

http://www.garfield-es.com/tiras_comicas/tirasFecha.php?day=23&month=08&year=2002&cant=1

Anónimo dijo...

Marichuy, “el perfecto orden y rigor alemán”, ja, ja eso lo vivo en mi vida, ni hablar, pero sin que cocine, el solo lava lo que yo ensucio, pero he de reconocer que se come todo lo que le preparo, y si todo es orden en esta casa, con sus cosas fuera de lugar, además creo que es más sentimental que yo, Her BB no puede ver película con final triste, irremediablemente llora.

Ahora si se trata de un cocinero italiano, habrá que comerse lo que el prepare, acompañarlo mientras esta en la cocina, lo cual es un placer, ya que cocinar es un ritual para ellos, en compañía para que el plato a comer quede en su punto…son en verdad un caos en la cocina, pero la limpian al final.

Te comentaba en un post anterior, que me gustaría ser la musa de un chef, je, je después me quede pensando en que siempre había repetido estos patrones, todos mis ex cocinaban, desde el primero, pasando por uno que si bien no cocinaba, era un experto en buenos restaurantes, hasta llegar antes de Her BB, un simpático gordo napolitano que cocinaba delicioso, fue la antítesis de mi prototipo de hombre, pero querida cocinaba delicioso, y me enseño uno que otro truco en la cocina…y claro además de comerse lo que un excelente chef prepara también les gusta que te los comas a ellos, je, je, creo que hoy recuerdo el orden y a exquisitez de los platillos de un chef profesional suizo que conocí hace años, de escuela de alta cocina. Todo para acabar con el perfecto orden alemán que no cocina, pero que come todos los días lo que le preparo.

Gracias por la sugerencia de la película espero poder verla, y espero un día la receta de Salmón, estoy de acuerdo contigo la cocina es uno de los lugares donde las platicas de las personas se hacen eternas y agradables entre cacerolas y platillos.

Saludos culinarios, aunque no sea mi fuerte.

Un abrazo

Dilbertina para ti, y otro saludo para Aurore de mi otro yo, Menospausas.

Favor de borrar el otro comentario con errores...ni hablar se me fue

Sue dijo...

Bueno, bueno, pocas veces un post me había emocionado tanto. Cine y gastronomía!
GENIAL
Gracias por la recomendación de la peli, la veré enseguida.
Yo tb adoro cocinar (aunque solo soy una aprendiz) y el cine (aunque solo soy una espectadora).

Un saludo.

marichuy dijo...

Queridísima

Sólo tú podías ver la subyacente anfibología (¿antropofagia?) en esas "inocentes" frases.

Respecto a Garfield, presumo que es su espíritu licencioso lo que lo hace atractivo.

Besos domingueros

marichuy dijo...

Dilbertina

Como este escrito es una adaptación de otro más largo que publiqué hace dos años en el otro blog, no podría decirte que cuando lo escribí pensaba en ti; pero ahora al transcribirlo y adaptarlo, sí me veniste a la mente.

Ya decía yo que tenías que haber vivido una historia... con un novio italiano y cocinero. Lo que no imaginaba era que ese -un hombre bueno en la cocina- fuera una especie de patrón en tus gustos masculinos.

Bueno pues Herr BB confirma el adagio "siempre hay una excepción." No sólo porque la cocina es el último de sus intereses, sino por eso que mencionas de que él es más sentimental que tú. Confieso que esto último nunca no lo habría imaginado.

Ojalá encuentres la película en tu "videoteca"

Un abrazo

marichuy dijo...

Sue

Todos somo eso: aprendices de cocina y espectadores de cine... y a veces de la vida.

Saludos y gracias

malbicho dijo...

ah, confieso que soy una pervertidota que se extasia con la comida casi tanto -y en ocasiones más- que con el sexo... y me gusta todo: lo gourmet y la comida chatarra, la comida rápida y la que se coce a fuego lento, la sana y natural, y la que chorrea grasa y toxinas, me gusta ser voyeur y tener el rol pasivo, y me gusta también batirme las manos yo y servir, atender y mimar mientras decido qué y cuando se come

...justo ayer tuve un banquete pecaminoso, y me atraganté de vida rematando con un chocolate fino, un licor lujoso y un beso suculento

lo malo que ya mañana vuelvo a la abstinencia de la dieta magra U_U

Anónimo dijo...

Romance, Comida y Cine. Tres pistas de un circo de lugares comunes en donde el ánimo por compartir supera cualquier rubor e invitan a hacer pininos en una o en las tres. Ya de entrada buscaré la peli, luego provisiones para cocinar, y posiblemente en el camino conozca a alguien...
Así todo será previsible en este circo de placeres: Romance, Comida y Cine

Saludines!

marichuy dijo...

Malbi

Ay, confieso que me dan envidia tus perversiones, jeje

Salud

marichuy dijo...

Doctor Gurma

Pero aunque te parezca un lugar común (¿qué cosa en la vida no lo es?), la experiencia siempre puede resultar diferente. Una misma receta de un platillo, nunca resulta igual, la misma película vista por ti y por mí, será sentida de forma diferente por cada uno de nosotros. En cuanto a los amores… bueno de esos no necesito decirte. Esa es la gracia de este triángulo hedonista, que siempre puede resultar una experiencia sorprendente.

Saludos

QUANTUM dijo...

Marichuy

Me ha encantado este post sobre la cocina y tu reseña de la película(procuraré conseguirla). ¡¿Podrías aconsejarme de algún film de ciencia ficción?!, también me gustan mucho.

He estado leyendo tus post anteriores y pienso que si existe una realeza en las letras, tú, perteneces a ese linaje; siendo mi pluma, un plebeya ante la tuya.

¡¿Sabes?!, he percibido tu fortaleza, eres una hermosa persona.

QUANTUM dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
QUANTUM dijo...

Amélie

Con tristeza te cuento, que me ha dado la tos y la gripe, hacía más de tres años que no me enfermaba. No me gusta enfermarme, siento que mi cuerpo se pone triste y yo mismo me pongo así.

También te cuento que me gusta, en cine, el género de animación. Pixar-disney, creo que hace un buen trabajo. Me ancantó WALL*E,me despertó curiosidad Ratatouille y me hizo soñar UP; en esta última, te digo que entré al cine, compré mis palomitas y helado, y procuré, al entrar en la sala, sentarme en las butacas de enmedio. Minutos después una familia se sentó a mi derecha y una pareja se sentó a mi izquierda. Conforme fue pasando la película, hubo escenas en las que no pude evitar llorar(creyendo que de verdad la vida es bonita clik)... me abandoné a mi sentimiento y empece a llorar, haciendo un intento por ser discreto, pero alguien escuchó mis sollosos y, en un gesto humano, me ofreció un pañuelo. Pienso que en el arte está la capacidad de expresar un sentimiento hacía quién desee admirarlo, entonces, efectivamente, el cine es un arte.

Sin más por el momento, me retiro, linda Amélie.

17 août 2009 21:44

marichuy dijo...

Quantum

Me da gusto que este post haya sido de tu agrado. Como te habrás dado cuenta, el cine me gusta mucho y la gastronomía también.

Uff gracias por semejantes e inmerecidos, halagos hacia la que esto escribe.

La verdad es que no soy muy afecta al cine de ciencia ficción, creo que conozco puros títulos clásicos y ya muy viejos: “Solaris”, la de Tarkovsky; Odisea 2001 y algún otro título; no recuerdo más ahora, necesito pensarlo bien.

Saludos