noviembre 30, 2009

el poeta josé emilio pacheco

No es por el Premio Cervantes (ni antes el Reina Sofía); es por lo esencial, por su poesía simple y entrañable. En junio pasado, José Emilio Pacheco cumplió 70 años, lúcido y fiel a sí mismo, mucho más que otros obnubilados por los humos de pendones y famas. Decía el escritor brasileiro Rubem Fonseca que la poesía es el género mayor de la de literatura y que por eso él no la escribía (grande Fonseca también). JEP es una rara avis: escribe novela, ensayo y poesía y además, traduce a otros poetas (Baudelaire entre ellos). Un hombre sencillo, negado a las alharacas y declaraciones estentóreas. Lo conocí en mi temprana adolescencia, gracias a mi familia que es tan hipocondríaca como ecléctica y entre sus rarezas, tiene la de estar suscrita al Semanario Político más importante y critico de este país, Proceso . Fue en esas páginas, donde tuve mi primer acercamiento a este hombre, que escribe ensayos llenos de poesía. Años después, cuando el huracán Katrina  se ensañó con New Orleans, fue él quien con mayor claridad y ternura describió el dolor de ver semidestruido ese entrañable sitio lleno de cultura, historia y contrastes. Un ensayo conmovedor, sin un ápice de cursilería. La Ciudad de México ha sido su obsesión, a ella ha declarado su amor, no exento de pesar (lo mismo a que a su país entero), mediante la poesía.



A quien pueda interesar
Que otros hagan aún
    el gran poema
los libros unitarios
    las rotundas
obras que sean espejo
    de armonía

A mí sólo me importa
    el testimonio
del momento que pasa
    las palabras
que dicta en su fluir
    el tiempo en vuelo

La poesía que busco
    es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida


Contraelegía
Mi único tema es lo que ya no está
Y mi obsesión se llama lo perdido
Mi punzante estribillo es nunca más
Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
sería de piedra.

10 comentarios:

malbicho dijo...

el más importante y el más querido de nuestros escritores vivos, a estas alturas todo se le perdona (hasta el hecho de que no le compre un peine a su mujer -je-)

Menospausas dijo...

Marichuy, es de esos días que hay que festejar poder conocer y leer a este hombre.

Por sus 70, por su poesía, por sus textos, y muy merecidamente por sus premios, bien por él.

Je, je perdón pero leo el comentario de Malbicho y recuerdo que la mujer que siempre esta a su lado, esa mujer que necesita un peine es del Estado de Guanajuato, de San Felipe, y cada fin de semana me deleita con su Mar de Historias.

Saludos a las dos.

marichuy dijo...

Malbi

Muy cierto todo lo que dices, aunque... qué tienes en contra de las greñudas? Jajá

marichuy dijo...

Menospausas

Pues sí habrá que festejarlo por todo eso, incluida la despeinada de doña Cristina Pacheco, que tan bien me cae.

Un abrazo

Aurore Dupin dijo...

La primera vez con José fueron Las batallas en el desierto: actual en las esencias mexicanas; sólo modificamos a la polimielitis por la influenza y a Miguel Alemán por el FeCal (nunca mejor escrito "si bajo el régimen de ***** ya vivimos hundidos en la mierda").

"Alta traición" es magnífico; la calidad condensada ante las arengas patrioteras ante el "orgullo del bicentenario".

Me encantó la fotografía en La JornGranma: eso es felicidad y no pedazos.

Concuerdo con Marichuy: el eterno negro y la desgreñé de Cristina le incrementan el encanto.

marichuy dijo...

Querida Aurore

Entre las muchas declaraciones celebratorais del Cervantes a JEP, me gustó esta de el escritor Julio Ortega:

"La poesía de Pacheco demuestra que el mundo es menos inteligente que el lenguaje; el mundo es caótico, irracional, violento, pero el lenguaje sirve para ponerlo en orden e incluso convertir su extrañeza y su inamistad en emoción y en belleza gracias a las palabras"

Alta Traición, justo en el tercer aniversario de este "gobierno" felipesco, se engrandece aún más, a la par que FeCal se empequeñece más todavía.

Un beso

Fernando García Pañeda dijo...

Tengo que reconocer, y reconozco, que mi ignorancia enciclopédica tiene una buena entrada dedicada a don José Emilio, cuyo nombre apenas me sonaba.
Doy gracias al Cervantes por descubrírmelo.
Un abrazo, Marichuy.

marichuy dijo...

Fernando

Ni te apenes, si aquí en México a no pocos les sucede lo mismo. Creo que, en gran medida, se debe a eso que mencionaba yo: es un hombre modesto, alejado de los reflectores y negado a las declaraciones alharaquientas y estentóreas. Pero es un buen poeta y por eso me da gusto esto del Cervantes; no tanto por el Premio en sí, sino porque se reconoce a un poeta y buen ensayista… no aun propagandista de sí mismo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Hola Marichuy!
un poco tarde... pero fue falta de tiempo...
y pues solo un abrazo atrasado para el "tío" pos sus 70
y muchas gracias por recordarnos que aun existe...
=S

abrazos

marichuy dijo...

Ana

Cómo que se le olvida que tiene un tío tan extraordinario? Oiga, eso es imperdonable, jeje.

Un abrazo