"He oído hablar de otra opinión, según la cual al sujeto presuntamente enfermo podía hacérselo respirar en un vaso; la condensación del aliento permitiría distinguir al microscopio las criaturas vivas de las formas extrañas, monstruosas, horribles, tales como dragones, serpientes o demonios espeluznantes. Pero tengo mis dudas sobre la veracidad de este medio, pues por aquella época carecíamos de microscopio para llevar a cabo la experiencia, al menos por lo que recuerdo."
Diario del año de la Peste. Daniel Defoe.1722.
Diario del año de la Peste. Daniel Defoe.1722.
El carnaval veneciano. Entre la bacanal desenfrenada auspiciada por multitud de máscaras -cuyo reconocimiento debemos en gran medida a las réplicas chinas de 10 pesos- un cuervo antropomorfo nos observa con la misma avidez y expresión de gaviota trastornada examinando la última almeja de la playa –lapsus-; reminiscencia burlesca de un atavío con fundamento histórico: Il medico della Peste.
Desde las obras hipocráticas –especialmente el Tratado de los Aires, Aguas y lugares así como Las Epidemias- se establecía ya la relación entre las enfermedades y su entorno físico; el aire “viciado” tenía muy mala influencia en los humores de las personas: bastaba sólo un átomo –no olvidemos a Demócrito- para contaminar todo el ambiente, de forma análoga a la gota de tinta que se disolvía en la tinaja con agua. La teoría miasmática prevaleció prácticamente hasta finales del siglo XIX, cediendo el paso a la microbiología y epidemiología; el surgimiento de la salud pública.
Pero nos encontramos en la Europa del siglo XVI, con la muerte negra en pleno apogeo… conoceremos al antecesor del equipo de protección individual contra riesgos biológicos: el atuendo del médico de la peste (el cual, si bien bajo premisas ideológicas distintas –“mala aria”* Vs. microbios- tenía idéntica finalidad a la actual).
* Significado literal mal aire, en italiano (sí, se creía que también el paludismo –por los pantanos- “malaria” era por ídem.
Sombrero de ala ancha, en cuero negro. Protegía de los “átomos dañinos” de la pestilentia.
Máscara de cuero con forma de cabeza de ave*: su pico –generalmente metálico- se rellenaba con hierbas aromáticas como filtro –micro y macro- ante las “efluvios malignos” procedentes de agua estancada, marismas, volcanes y de los propios enfermos. Completaba la apariencia de cuervo tipo Poe con unos lentes fabricados con vidrio coloreado de rojo: una barrera casi infranqueable para expectoraciones hemáticas, exudados purulentos y –por si fuese poco- para el mal (en sentido metafísico) que pululaba en aire (hablando de Edgar Allan, su Máscara de la muerte Roja es la versión gótica americana de la peste; la versión italiana puede degustarse narrada por Bocaccio en la introducción a la primera jornada del Decamerón).
*¿Por qué un pájaro? ¿A alguien se le hace familiar la superstición acerca de las estrigiformes –búhos, lechuzas, mochuelos, etc.- como aves de mal agüero y la costumbre de clavarlos en la puerta de las casas para rechazar dicho maleficio? ¿O aquélla de utilizar un dije con forma de ojo para “el mal de ojo”? Bien, se creía que las aves –especialmente de color negro- eran emisarios del diablo (como los gatos, los judíos, las mujeres…) y por tanto una –de las tantas- causas de la peste negra: y nada mejor que un “contrapájaro-negro-malvado” para combatirla.
Traje de lino cubierto con una capa de cera como “antiadherente”. Cubría prácticamente todo el cuerpo, con el fin de que las partículas del aire malsano “resbalaran” hacia la tierra, donde se absorbían.
Guantes de cuero. Para evitar el contacto directo con la piel, los bubones y todas las secreciones imaginables.
Vara con incienso –generalmente pintada de rojo- en la diestra mano (la siniestra es del diablo, ya saben). Tenía dos funciones: encendida, sus vapores despejaban el camino de emisiones venenosas; apagada, servía para manipular al paciente y los objetos que estuviesen en contacto con él (esto incluía la verificación de la movilidad o reacción verbal del paciente postrado, con el fin de dilucidar qué acciones corresponderían -drenar los bubones o llamar al sacerdote-). Existe un tercer uso, que podía realizarse tanto como en la variedad rojo ardiente como negro carbonizado: ahuyentar al propio paciente, a sus familiares o cualquier ente demasiado entusiasta que invadiese el espacio de seguridad del galeno (aunque con semejante atuendo de pájaro apocalíptico dudo que algún curioso se acercara).
Para finalizar…botas de cuero. ¡Animación garantizada para su velada sado-masoquista! Ofrecemos servicios en… Oh, lo siento, tuve un lapsus.
Las quimeras diminutas de Defoe -actualmente con el mote de virus, bacterias, et al- continúan su saga de los mejores asesinos en serie… incluso algunos utilizan máscaras que no envidiarían nada a las del carnaval de Venecia (como la Giardia lamblia).
http://www.akg-images.com/akg_couk/_customer/london/images/en/gallery/science/medicine/akg2-M30-P1-1-B.jpg
http://www.jornada.unam.mx/2009/05/11/fotos/portada.jpg
“Basta ver una enfermedad cualquiera como un misterio, y temerla intensamente, para que se vuelva moralmente, si no literalmente, contagiosa” Susan Sontag. El sida y sus metáforas
Desde las obras hipocráticas –especialmente el Tratado de los Aires, Aguas y lugares así como Las Epidemias- se establecía ya la relación entre las enfermedades y su entorno físico; el aire “viciado” tenía muy mala influencia en los humores de las personas: bastaba sólo un átomo –no olvidemos a Demócrito- para contaminar todo el ambiente, de forma análoga a la gota de tinta que se disolvía en la tinaja con agua. La teoría miasmática prevaleció prácticamente hasta finales del siglo XIX, cediendo el paso a la microbiología y epidemiología; el surgimiento de la salud pública.
Pero nos encontramos en la Europa del siglo XVI, con la muerte negra en pleno apogeo… conoceremos al antecesor del equipo de protección individual contra riesgos biológicos: el atuendo del médico de la peste (el cual, si bien bajo premisas ideológicas distintas –“mala aria”* Vs. microbios- tenía idéntica finalidad a la actual).
* Significado literal mal aire, en italiano (sí, se creía que también el paludismo –por los pantanos- “malaria” era por ídem.
Sombrero de ala ancha, en cuero negro. Protegía de los “átomos dañinos” de la pestilentia.
Máscara de cuero con forma de cabeza de ave*: su pico –generalmente metálico- se rellenaba con hierbas aromáticas como filtro –micro y macro- ante las “efluvios malignos” procedentes de agua estancada, marismas, volcanes y de los propios enfermos. Completaba la apariencia de cuervo tipo Poe con unos lentes fabricados con vidrio coloreado de rojo: una barrera casi infranqueable para expectoraciones hemáticas, exudados purulentos y –por si fuese poco- para el mal (en sentido metafísico) que pululaba en aire (hablando de Edgar Allan, su Máscara de la muerte Roja es la versión gótica americana de la peste; la versión italiana puede degustarse narrada por Bocaccio en la introducción a la primera jornada del Decamerón).
*¿Por qué un pájaro? ¿A alguien se le hace familiar la superstición acerca de las estrigiformes –búhos, lechuzas, mochuelos, etc.- como aves de mal agüero y la costumbre de clavarlos en la puerta de las casas para rechazar dicho maleficio? ¿O aquélla de utilizar un dije con forma de ojo para “el mal de ojo”? Bien, se creía que las aves –especialmente de color negro- eran emisarios del diablo (como los gatos, los judíos, las mujeres…) y por tanto una –de las tantas- causas de la peste negra: y nada mejor que un “contrapájaro-negro-malvado” para combatirla.
Traje de lino cubierto con una capa de cera como “antiadherente”. Cubría prácticamente todo el cuerpo, con el fin de que las partículas del aire malsano “resbalaran” hacia la tierra, donde se absorbían.
Guantes de cuero. Para evitar el contacto directo con la piel, los bubones y todas las secreciones imaginables.
Vara con incienso –generalmente pintada de rojo- en la diestra mano (la siniestra es del diablo, ya saben). Tenía dos funciones: encendida, sus vapores despejaban el camino de emisiones venenosas; apagada, servía para manipular al paciente y los objetos que estuviesen en contacto con él (esto incluía la verificación de la movilidad o reacción verbal del paciente postrado, con el fin de dilucidar qué acciones corresponderían -drenar los bubones o llamar al sacerdote-). Existe un tercer uso, que podía realizarse tanto como en la variedad rojo ardiente como negro carbonizado: ahuyentar al propio paciente, a sus familiares o cualquier ente demasiado entusiasta que invadiese el espacio de seguridad del galeno (aunque con semejante atuendo de pájaro apocalíptico dudo que algún curioso se acercara).
Para finalizar…botas de cuero. ¡Animación garantizada para su velada sado-masoquista! Ofrecemos servicios en… Oh, lo siento, tuve un lapsus.
Las quimeras diminutas de Defoe -actualmente con el mote de virus, bacterias, et al- continúan su saga de los mejores asesinos en serie… incluso algunos utilizan máscaras que no envidiarían nada a las del carnaval de Venecia (como la Giardia lamblia).
¡Amiguito! Encuentra las diez diferencias entre las dos imágenes ¡y gánate un puesto de secretario de salud! (Vale, se reciben jitomates por los chistes pésimos)
http://www.akg-images.com/akg_couk/_customer/london/images/en/gallery/science/medicine/akg2-M30-P1-1-B.jpg
http://www.jornada.unam.mx/2009/05/11/fotos/portada.jpg
“Basta ver una enfermedad cualquiera como un misterio, y temerla intensamente, para que se vuelva moralmente, si no literalmente, contagiosa” Susan Sontag. El sida y sus metáforas
23 comentarios:
Querida Aurore
Hace tiempo leí un artículo que hacía referencia al imprescindible libro de Mrs. Sontang y de divagación en divagación, llegué al mismo tópico de siempre: ante muchas enfermedades, llámese peste negra, sífilis o sida, lo que prima –hoy como hace 500 años- es el prejuicio derivado de la ignorancia y la intolerancia. Con algunas excepciones (la tuberculosis le debe a Alexandre Dumas ese aire de romanticismo con el que se le asociaba), ante a cualquier enfermedad “mortal” reaccionamos así como nos relatas: con miedo y rechazo; nos ponemos máscaras (no como las de Venecia, qué más quisiera yo), guantes de látex y metafóricamente “sobreros de ala ancha”… es decir nos cerramos mentalmente.
Leyendo tu estupendo relato, me vino a la mente el SIDA (por aquellos de las bacanales y arrejuntamientos carnavalescos). En su inicio, esa enfermedad relacionada directamente con prácticas sexuales, encarnaba una carga punitiva: ante la comisión de tantos «pecados» como la promiscuidad y la diversidad de preferencias sexuales, por fuerza tendría que haber un «castigo divino». Aunque el mundo haya rodado mucho y con todos los adelantos científicos y tecnológicos, muchos de los prejuicios existentes hace cinco siglos aún persisten... y por lo mismo que en el siglo XVI: la ignorancia e intolerancia, causantes del miedo y rechazo al otro... al diferente.
Ay querida, perdona este comentario tan fuera de lugar (más parece un post; pero es culpa del café de Coatepec ingerido con profusión antes de las siete de la mañana).
Besos alucinados
PS
"de Mrs. Sontang y de divagación en divagación"
y de divagación en divagación... le cambié el apellido a MRS. SONTAG.
Usted perdone
Queridísima:
Hemos sido azotados por pandemias desde los albores de la humanidad, lo que me resulta frustrante es que hasta los virus mutan cuando las circunstancias los incitan, mientras que la mentalidad de los humanos permanece en el medievo en muchos casos; efectivamente, la ignorancia y la intolerancia no sólo son eufónicamente compatibles: son como la electricidad y el magnetismo, carambas.
Para muestra, lo señalado por la "derecha confesional" acerca de la influenza A: que era "una señal del desagrado de Dios al atrevido atentado de los legisladores de esta ciudad para quebrantar la vida sagrada de inocentes".
Ahora resulta que la "ira divina" no toca a los "millonarios de Cristo" ni a los curas pederastas.
Horror. Los fundamentalistas me dan más miedo que un asesino en serie (bueno, no hay mucha diferencia).
Por ende, se me hace imperdonable, inexcusable, que aquéllos que poseen información, no la utilicen de acuerdo a las leyes de la lógica y el sentido común: en el hospital me tocó ver casos de discriminación increíbles; desde el clásico "ah, pues con razón tiene VIH, (...)che pu(...)" cuando el emisor de dicha expresión era misógino, pedófilo e inepto.
Ay, queridísima. Yo también ando con mi café mañanero, de los pocos gustos que me proporciona este mundo.
Besos abiertos.
Querida:
Usted es parte del grupo selecto que no soporta ver algo contrario a las leyes de la gramática...¡especie amenazada!
No soporto cómo los adolescentes destrozan el español... sencillamente... no lo tolero. Me da náuseas, es un insulto a la retina y a la corteza visual.
Besos correctos.
"[...] la influenza A: que era "una señal del desagrado de Dios al atrevido atentado de los legisladores de esta ciudad para quebrantar la vida sagrada de inocentes".
Queridísima
Me quedo sin palabras. Hasta para la derecha confesional mexicana, cuya estulticia es de sobra conocida, esto es demasiado...
Besos insurrectos
PS Gracias por tu comprensión je.
Hola Aurore! esa es otra enfermedad... me refiero a como la juventud actual destroza el español, nadamás hay que ver como escriben en el chat... upss!
con respecto al tema, mientras exista la ignorancia y falta de informacion seguiremos siendo un país lleno de gente que piensa que con solo estar en el mismo lugar que una persona con SIDA se puede contagiar...
ahhh! y yo con solo ver el atuendo del galeno del siglo XVI me daba un infarto...
un abrazo a las dos
p.d Marichuy el post del autismo social esta "chevere"
upss! perdón ... genial
=D
Ana:
Por eso me evito disgustos y esquivo los chats.
Confesiones aparte, el día que emerjan mis instintos sociópatas contra las hormonas con patitas, me vestiré así. Me gusta el Dr. Peste.
(Vale, no me tomé mis neurolépticos hoy).
Saludos locos.
Ad. Síp, todo lo que escribe Marichuy tiene denominación de origen y es gourmet literario ¡Oh, sí!
Ana, Queridísima
El atuendo del galeno del siglo XVI, si que está para film de caza vampiros (un churro del que sólo he visto los promocionales, en el que el cazador del mal anda vestido de forma parecida)
En cuanto a la enfermedad del lenguaje. Es terrible y se ha extendido a tal grado, que ya no sólo son adolescentes quienes lo utilizan (el chat me da flojera; debe ser cosa de la edad, chatear está bien... cuando tienes menos de 20 años).
Gracias a las dos por sus amabilidades
Un abrazo y besos agradecidos y coincidentes
gocé mucho este post, desde la cita inicial a la final (ah, la sontag, qué hueco más grande nos dejó), oportuno además, con este "rebrote" de influenza
(ya sé de que disfrazarme en jalogüin)
saludos Aurore... este... quedaron algunas prendas interiores en mi cocina, alguien las identificó como tuyas, te las envío por mensajería?
Malbichito:
Al rato paso por ellas, por dejé otros menesteres también...
Saludos bacanales.
Hola Aurore.
Primero, no sé, si sea tu verdadero nombre… pero me gusta mucho. (Lindo nombre)
Segundo, no es la primera vez que te leo, pero si la primera vez que te dejo saludos… la primera vez que lo hice me tomo un poco de tiempo descubrir que la linda dueña, -bueno ahora socia de este espacio- tenia una invitada… una invitada, que me pareció de entrada demasiado técnica para el gusto de una mente lenta como la mía, pero poco a poco fui descubriendo esa fina ironía con la que escribes. Tu pasado post fue bellísimo me encanto, una carta de presentación maravillosa, creo que si hubiera sido el primero me hubiera conectado desde un principio contigo.
Aterradora tu lectura de hoy, aterradora esa Europa del siglo XVI y sus disfraces… pero mas aterrador ya lo dijo mi querida Marichuy mas arriba, es dar la vuelta y encontrarnos hoy, en el mismo punto de partida… los mismos miedos, la misma intolerancia y la misma mas letal de todas las enfermedades; la ignorancia.
Un fuerte abrazo y un bienvenida a mis favoritas
Hugo:
Gracias por tus comentarios. Bien, mi nick bloggero lo tomé de parte del nombre de una mujer extraordinaria (Amantine Aurore Lucile Dupin), conocida por el pseudónimo literario de George Sand. Con respecto al lenguaje técnico-médico... se ha adosado e integrado a mí, suena petulante, pero me encanta por su origen greco-latino. Por otra parte, soy partidaria de la ironía, excepto en el proceso médico-paciente... no podría ser House: me quedo con William Osler.
Y con respecto a la Europa del siglo XVI... no existen muchas diferencias con nuestro México del siglo XXI: como le comenté a Marichuy acerca de un artículo de La Jornada, en el que la derecha mexicana veía en esto el castigo divino por la legalización del aborto (la persona que más amé en esta existencia -mi bisabuela- practicaba la fe católica, aunque si bien de forma un poco heterodoxa, lo cual agradezco).
Un abrazo de vuelta.
Aurore, siempre que empiezo a leerte me siento la más tonta del mundo, la más inculta, en verdad, trato de abarcar tantos conocimientos y contigo me pierdo, pero esta vez al llegar a la Peste que cunde en el Internet me uno a ti, soy de las que odia el Chat, odio los mensajes de texto de un celular, me siento vieja, me siento que eso no va conmigo, ¿No destruimos o modificamos, todos en alguna parte de nuestra vida el español? Me refiero al hablar, antes no había la palabra Padre, ¡Esta Padre la música! O fresa, Qué Fresa soy, o mejor aún ver los Caifanes y escuchar un calo “Pásame una cervatana bien Elodia”.
Hay una niña que entra siempre a nuestro blog, le entiendo la mitad de lo que escribe, ya le dijimos que no es manera de escribir, pero ella ciega y sorda y con defensores, sigue dejando TQ un mil xoxoxo =gzs, cosas que no entiendo ni quiero entender, prefiero hacer un coctel con mis sesos y mis pocas neuronas y leerte con mucho gusto, tratando de leer y releer para dar un comentario, me pones a patinar en verdad…pero te lo agradezco mucho
Saludos y un abrazo, Menospausas o Dilbertina.
Mis queridas tres:
Sólo existe algo mejor que un masaje shiatsu: el masaje al ego. Purrrr. (El día que me asignen círculo Dantesco realmente será una decisión difícil hasta para el mismísimo Minos, entre la soberbia, la gula, la lujuria y la pereza).
Pero tengo que hacer un acto de justicia divina: realmente no es erudición lo que despliego en mis diatribas mentales. Para ello, nadie como Borges, Paz o Sor Juana (leer Primero Sueño se tornó más complejo -para mí- que la Divina Comedia).
Me encanta su blog. Lástima que las hormonas con patitas lo echen a perder con sus comentarios; lo he dicho ya, no los soporto: ni en lenguaje escrito ni verbal (deseos no me faltan de fabricarme mi propia varita con incienso para pubertos).
Ay. Este mundo.
Saludos y besos.
Ni qué decir, hay ignorantes para rato, tanta gente que le gusta l ainformación "picadita y a la boca", entre lapereza mental que impera y el medioevo mediático en el que nos sumergen los dueños del dinero, a todo mundo le surge el pánico. Una lástima
Felicidades! Qué buen post!
Doctor Gurma:
Como decía Camus "Soy un hombre cansado del mundo, pero inclinado a mis semejantes". Y vaya que el mundo cansa. Y emulando también a mi magister de microbiología: "Los virus mutan, pero la mentalidad de los humanos continúa a nivel de los paramecios" (Y de los paranecios, agregado mío).
Grazie, grazie.
Mis queridas tres:
Tal vez deberían emular la advertencia en comentarios de Neofronteras (oh, nada que ver con el tío que merodeaba por aquí)... finísimo: se los comparto.
"Tampoco se admiten comentarios que sean apología de las pseudociencias o de las religiones, que no vayan en consonancia con la noticia en cuestión, comentarios con faltas de ortografía, sustituciones de la q por k, jerga, lenguaje de teléfono móvil o celular, el abuso de mayúsculas. Por favor, si no va a escribir correctamente no envíe comentarios. Además el sistema está sometido a un filtro que elimina spam y comentarios no corteses.
Si lo cree necesario pruebe a descargar el diccionario del corrector ortográfico para el navegador Firefox (versión 2 ó superior). Si usa Internet Explorer active la barra Google y elija el diccionario de español"
¡Eso es todo!
Besos selectos.
Adéndum: Su niña ha de ser fan de García Márquez (con sus cosas de simplificación de la gramática y humanización de la ortografía) y de Stephenie Meyer. Horror.
Muy interesante post. Mucho!
Jajajaja, gánate un puesto de secretario de salud. Priceless.
Y desafortunadamente, creo que es bien cierto. Seguramente si pudieran sustituirían vacunas por máscaras.
Hola, Aurore:
Me parece súper interesante tu entrada. La enfermedad y sus significados sociales es un tema que me interesa tanto que hice una tesis de maestría al respecto. En mi blog tengo algunos extractos de la tesis, los puedes encontrar bajo la etiqueta "tesis", por si te interesa.
Un saludo
Kyuuketsuki:
Touché.
Estimada Strika:
Un honor tenerla por aquí. Sí, el contexto social de las enfermedades es un tema amplio pero fascinante, sin duda alguna; reflejo de todas las épocas vividas por el hombre. Ahora mismo visitaré su blog. Gracias.
Publicar un comentario