México
está en campaña rumbo a la elección presidencial del 1 de julio. Millones de
spots serán transmitidos por radio y Tv desde al 30 de marzo y hasta el 30 de
junio. Spots pagados con nuestros impuestos. Como la sociedad apática que
somos, no queremos saber nada de los spots, ni de campañas ni de promesas
políticas. Una solución para no ver ni escuchar spots sería no ver televisión
ni escuchar radio. Si al menos para eso sirvieran las campañas, para que la
gente apagara la TV. Pero ni eso. Cierto que la apatía no habla bien de
nosotros, pero tampoco se puede pedir que uno se entusiasme con spots de
bostezo como los que presentan los candidatos. La cosa es
tirar el dinero de los contribuyentes en spots mediocres, repetitivos, carentes
de un mensaje claro y contundente, provocadores de nulo entusiasmo o empatía.
Lo más fuerte que hay son las agresiones, la guerra de insultos al más puro estilo fascistoide instituido por la derecha católica panista en 2006, cuando importó a un señor español, medio hijo bastardo del franquismo e imitador de
Goebbelss, perpetrador de la campaña política más asquerosa, deleznable y
vergonzosa de que se tenga memoria. Fuera de eso, el aburrimiento total. Ni un
solo spot que invite, que motive, que convenza, que haga reflexionar. Ayer vi
este spot del candidato del Partido Socialista Francés, François Hollande, y
sentí un poquito de envidia, pena de no poder ver algo así en la actual campaña
mexicana. [Al menos de parte del candidato de la izquierda. Si la derecha
quiere seguir con su boñiga y sus bostezos, francamente me tiene sin cuidado.] En fin.
En México no se ha entendido la filosofía del menos
es más y los políticos no son
la excepción, prefieren hacer miles de spots mediocres y aburridos, en vez de
unos pocos pero buenos. Y sus publicistas, que deben cobrar una millonada por hacer lo que hacen, felices. Pero digo yo, si de esta espotiza es [casi] imposible librarse, si los candidatos han de bombardearnos con
miles de spots pagados con nuestros impuestos… que al menos tengan la decencia de no lanzarnos bombas de
nembutal.
1 comentario:
Y bueno, ya está cosechando sus frutos!
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