febrero 17, 2010

Póthos


Filosofía de alcoba. Magritte.

Sólo una vez he dormido acompañada.

Nacimiento de Venus. William Adolphe Bouguereau.

(…) Hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer).

Milan Kundera. La insoportable levedad del ser.

Metro utopía. Ahumada.

Esperas, esperas lo único, lo grandioso
que enriquezca tu vida,
lo poderoso, lo fuerte
el despertar de las piedras
la profundidad abierta a tus ojos.
Sonámbulos en el estante,
los tomos en oro y marrón;
y piensas en los países atravesados,
en imágenes, en los vestidos
de mujeres ya desaparecidas.

Y de repente lo sabes: esto lo era.
Te levantas y delante de ti
está el miedo, la imagen y la oración
de un año pasado.

Rainer Maria Rilke. En El libro de las imágenes.


Imagen: Rapunzel. Colette Calascione.

Por las esquinas vagas de los sueños,
alta la madrugada, fue conmigo
tu imagen bien amada, como un día
en tiempos idos, cuando Dios lo quiso.

Agua ha pasado por el río abajo,
hojas verdes perdidas llevó el viento
desde que nuestras sombras vieron quedas
su afán borrarse con el sol traspuesto.

Hermosa era aquella llama, breve
como todo lo hermoso: luz y ocaso.
Vino la noche honda, y sus cenizas
guardaron el desvelo de los astros.

Cual jugador febril ante una carta,
un alma solitaria fue la apuesta
arriesgada y perdida en nuestro encuentro;
el cuerpo entre los hombres quedó en pena.

¿Quién dice que se olvida? No hay olvido.
Mira a través de esta pared de hielo
ir esa sombra hacia la lejanía
sin el nimbo radiante del deseo.

Todo tiene su precio. Yo he pagado
el mío por aquella antigua gracia,
y así despierto; hallando tras mi sueño
un lecho solo, afuera yerta el alba.

Luis Cernuda. Tristeza del recuerdo.


Imagen: Jardín de amor. Remedios Varo.

El sueño demasiado tarde, los caballos blancos demasiado tarde, el haberme ido con una melodía demasiado tarde. La melodía pulsaba mi corazón y yo lloré la pérdida de mi único bien, alguien me vio llorando en el sueño y yo expliqué (dentro de lo posible), palabras buenas y seguras (dentro de lo posible). Me adueñé de mi persona, la arranqué del hermoso delirio, la anonadé a fin de serenar el terror que alguien tenía a que me muriera en su casa.


¿Y yo? ¿A cuántos he salvado yo?

El haberme prosternado ante el sufrimiento de los demás, el haberme acallado en honor de los demás.

Retrocedía mi roja violencia elemental. El sexo a flor de corazón, la vía del éxtasis entre las piernas. Mi violencia de vientos rojos y de vientos negros. Las verdaderas fiestas tienen lugar en el cuerpo y en los sueños.


Alejandra Pizarnik en Extracción de la piedra de la locura.

Imagen: ídem. Hieronymus Van Aken Bosch.


No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo
una mujer atravesada en la garganta.


Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.


Yo me duermo a la orilla de una mujer: Yo me duermo a la orilla de un abismo.


Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.


Eduardo Galeano. La noche/1-4 en El libro de los abrazos.

Uno de La vida en el limbo. Ahumada.

Permanecen sus marcadores entre las hojas del libro.


Octavio Paz, Irving Singer, Denis de Rougemont, Alberto Manguel, Jaime Sabines, Mario Benedetti, Georges Bataille, Marguerite Duras, Patrick Süskind, Sor Juana Inés de la Cruz, Borges...


No sabía cuánto dolía leer en la piel.



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos los procesos desgastan, erosionan, aniquilan poco a poco cada célula de nuestro cuerpo. El dolor es parte de nuestra vida, es absolutamente inevitable, el sufrimiento es opcional. Yo me abstengo del sufrimiento y gozo y asumo de muy diferentes maneras para que el dolor que me toque sea gozo también, no sufrimiento.
Yo disiento de Kundera un poco, el amor se manifiesta para mi en el deseo de dormir con quien hago el amor, pero no sólo es exclusivo de ésta persona mi amor. Mis actos, mis empeños, mi espalda rota, mis miserias, mis impedimentos transitorios (siempre los considero transitorios)
Cada espacio en el que estamos, cada tramo de poesía es también una apción para el aprendizaje y el gozo, para la aventura. Posiblemente no reparo mucho en el dolor que algunos textos puedan provocar, y posiblemente me haya decidido a amar y encontrar el amor también cuando duermo con alguien

Aurore Dupin dijo...

Estimado Doc:

Como escribía Paz en La llama doble "Para contemplar las formas eternas y participar en la esencia, hay que pasar por el cuerpo".

(...)Al contrario del libertino, que busca a un tiempo el placer más intenso y la insensibilidad moral más absoluta, el amante está perpetuamente movido por sus contradictorias emociones.

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Todos los procesos desgastan, sí. Como expresó Szymborska "Me sorprendo de mí misma, de lo poco que quedó de mí".

Si este proceso fue un goce lacaniano, fue por la demanda de exclusividad -inútil- que tuve para con esa persona (y a los extremos que llegué por intentar conseguirla).

La asincronía de teoría y práctica me llevó por derroteros escabrosos, pero fuentes de aprendizaje -ya no sobre el mundo/los otros, sino acerca de lo que pienso que soy- como señala. El espejo de la otredad me permitió ver al minotauro completito: No fue agradable, pero sí necesario.

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Debo mucho
a quienes no amo.

El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.

La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.

Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
y eso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.

No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.

Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.

Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.

Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.

Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
con un horizonte real por lo móvil.

Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.

"No les debo nada",
diría el amor
sobre este tema abierto.

Wislawa Szymborska. Agradecimiento en El gran número (1976).

malbicho dijo...

hoy todo un banquete

pero si me das a elegir, con todo y que me cueste dejar los demás versos, me quedo con galeano

Aurore Dupin dijo...

Banquete, banquete...Maldito Platón de exquisiteces.

Me quedo con el lobo estepario.

marichuy dijo...

Querida

Ya te lo he dicho: me encanta lo que dice Milan Kundera, en "La insoportable levedad del ser". No obstante, creo que lo ideal sería desear dormir y hacer el amor con esa misma persona... sin importar el orden secuencial.

Besos

Aurore Dupin dijo...

O permanecer en vigilia.

Como diría Canetti:

"Demasiadas cosas me queman; las viejas soluciones caen en pedazos, nada se ha hecho aún con las nuevas..."