septiembre 04, 2009

Domini Canis ¿o Diaboli Lupus?



- ¿Cómo dice usted que se llama el pueblo que se ve allá abajo?
- Comala, señor.
- ¿Está seguro de que ya es Comala?
- Seguro, señor.
- ¿Y por qué se ve esto tan triste?
- Son los tiempos, señor.
Pedro Páramo. Juan Rulfo.

Oaxaca es un estado enorme, no sólo en cuanto a extensión geográfica: es un complejo humano tan intrincado como los mosaicos árabes y la geometría cuasicristalina decagonal avanzada de sus girih; un universo paralelo que me tendió su mano seductora a través de un artículo de José Luis Kraft en la revista Chispa; empero, sólo las manos de Ondina de la matriarca me sumergían en los estanques de una continua búsqueda.

Indagación introspectiva a lo Juan Preciado: “Vine a Oaxaca porque me dijeron que acá vivía mi abuela paterna, una tal Ofelia Velasco. Mi bisabuela materna me lo dijo.” Y encontré Comala: lo juro; sólo que bajo el espurio: Santo Domingo Yanhuitlán.

Tras casi ocho horas de serranías impresionantes, cactáceas dispersas entre maizales, iglesias rosa mexicano y azul pastel que alternaban entre hondonadas y cimas, descender de la camioneta Nissan donde papá transportaba sus trabajos de Hefesto contemporáneo fue recordar que los tríceps surales necesitan estirarse y contraerse: para eso están diseñados. Empero, mi cuerpo no advirtió que la mente aún se encontraba de viaje, y mucho menos que incursionaría en el mundo Rulfiano, sin mayores preámbulos que esa enorme construcción dominica del siglo XVI que se apreciaba a borde de carretera: un imponente monasterio asentado en la plataforma del otrora centro ceremonial prehispánico (la impronta visual permanece, aun cuando en tierras morelenses puedo apreciar la ruta de los conventos) que dejaba en el aire un dejo muy extraño; no sólo se trataba del espíritu per se de las vetustas maderas y canteras: en ese sitio existía algo inefable, intangible -pero casi perceptible por la retina- que estimuló sobremanera mi instinto de rata.

Puesto que sólo hacía falta aproximadamente una hora para llegar a la Antigua Antequera, mi padre accedió a la petición de hacer una pausa espacio-temporal (sin imaginar que así sería, literalmente). Mientras mis hermanos deambulaban, mamá apreciaba la magnífica vista de la serranía y papá dormitaba en las escaleras, me dediqué al noble arte de escudriñar a las figuras que -de forma fugaz- se anteponían a esos gruesos muros con sus sobrias tallas; un hecho en particular llamó mi atención: en ese poblado mixteco, el tránsito humano era lo más alejado a la iglesia: el signo de la cruz se realizaba de forma rápida, en ese gesto característico de invocación, no de evocación.

Mientras me debatía en el deseo morboso de atisbar en la obscuridad, entre el aire gélido que emanaba de las puertas apolilladas, una mano me envolvió la articulación de la muñeca:

“¿No vienes al zocalito? está aquí abajito”

Mi madre me dio la vida, y casi me la arrebata en ese instante: Sólo porque Dios es grande no me quedé “acalambrado, como los que mueren muertos de miedo”. Quid pro quo.

“Era la hora en que los niños juegan en las calles de todos los pueblos, llenando con sus gritos la tarde. Cuando aún las paredes negras reflejan la luz amarilla del sol”. En aquella diminuta plaza no se escuchaba la algarabía infantil, ni la cacofonía del trabajo: un silencio sobrenatural engullía nuestras presencias. Incluso la tienda de Diconsa permanecía solitaria: Sólo una señora emergió de aquella tierra agreste; atemporal, arquetípica, con su rebozo luido y la tierra labrada en la piel.

- Ustedes no son de aquí
- De Morelos
- Ah. Dicen que es lejos, pero no tanto. Cerquita de Puebla
- Sí*
*Mi habilidad verbal a los 11 años persiste tranquilamente a los 26: ya que los diálogos no son lo mío, me he enfrascado en los monólogos interminables ¿se nota?
- Se ve niña y a la vez no tanto. Son los ojos**.
- ¿Por qué su iglesia está cerrada? (Sólo el Daimón de la curiosidad me impele a hablar)
- Hay cosas que no se deben ver, sabe usted. Menos a su edad. Mañana es uno de los días en que la iglesia abre. Pero no vengas. Todavía no le toca. Dios se entiende de muchas maneras, pero los caminos no se apresuran.

* *¿Acaso lo tengo escrito en el rostro en algún lenguaje sólo asequible a las mujeres mayores?


Su uso alternado entre el “tú” y el diplomático “usted” me dejaron aun más perpleja: el oráculo de Delfos y sus crípticas Febades estaban aquí. ¿Destruiría mi reino por una interpretación errónea? La revolución hormonal me dificultaba aún más la abstracción.
Lapsus: Por la mujer del oráculo que aparece en 300, lo pensaría (por otra parte, los éforos me despertaron una repulsión como pocos entes del cine, especialmente por el hecho de que no difieren mucho de los sacerdotes reales). No, esperen: daría mi reino por Hypatia, especialmente considerando el hecho de que mi fantasía será encarnada por Raquel Weisz en Ágora).

La mujer salió con una bolsa de Maseca y un kilo de arroz, desapareciendo en la misma forma sosegada en que había llegado. Mi madre se incorporó, con esa chispa de inquietud en la mirada que me provocaba una punzada: advertir cosas fuera de la jurisdicción de la vista era un talento que codiciaba como pocos en mi adolescencia, hasta que descubrí a mi roedor interior: el mismo que ha cavado madrigueras al mejor estilo de Hieronymus Bosch.

El tendajón del pueblo mostraba un curioso altar: herraduras, clavos, ruda, un cráneo de cerámica… no hizo falta voltear para percibir las brasas en los ojos del propietario; podía confiar en el instinto de rata.

Sabía que retornaría. La necesidad de ver trasciende todos los tabúes.
Salí a contemplar la mole del exconvento perfilándose en el atardecer.

“Ahora estaba aquí, en este pueblo sin ruidos. Oía caer mis pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles. Mis pisadas huecas, repitiendo su sonido en el eco de las paredes teñidas por el sol del atardecer”.

Recuento: He retornado en tres ocasiones, pero por razones ignotas, nunca he podido ingresar a la iglesia. He penetrado en los recovecos del exconvento -bajo el auspicio del INAH- pero lo que percibí allí no me dejó con deseos de volver a hacerlo (aun con la impresionante belleza arquitectónica que lo envuelve, como femme fatale). Nuestra Señora La Muerte preside -de forma indiscutible- la sala de profundis de este sitio: el ejemplar más antiguo –y aparentemente el único- existente de las carretas de la muerte (parte de la procesión de la Cofradía del Santo Entierro), prohibidas por el alto clero e incineradas la mayoría de ellas. El único sitio que me ofrece una sensación similar es Zirahuén*, en el estado de Michoacán: mis dos Comalas.
*Humm…Preparaban un café de olla con propiedades inverosímiles (aunque el café “La Lucha” de Uruapan también es muy bueno).

Por si les interesa:
Por qué los Domini Canis me suscitan trastorno de estrés postraumático
Procesos inquisitoriales en Yanhuitlán

Imagen superior tomada de El (d)efecto barroco

Oaxaca (1)

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucho es el sincretismo encerrado en cada iglesia católica colonial en esta gran región. Sobre tantos pueblos (no sólo de Oaxaca), un Comala en cada hijo te dio...
Maravillosa Aurore, de repente me acordé de "La fórmula secreta" ese mítico filme sesentero con letanía de Juan Rulfo incluida, recitada por Sabines
Agrdecido, aprendiendo, como con la revista Chispa y los niños "Achicate" acercándome a detalles del a provincia de esta vasta región que le llamamos México y que conozco también a través de tus post de viaje y tuperspectiva zurda
Saludos aprendices

JP dijo...

-- en san critobal pasaba una cosa similar, los santos de las fachadas de las iglesias estan descabezados, creo que nuestros abuelos supieron resguardar sus ritos a pesar de la estupida colonizacion que sufrimos todos, un abrazo Aurore!

marichuy dijo...

Queridísima

Si aún habiendo vuelto en tres ocasiones, no has podido entrar a la Iglesia quizá sea porque (como te dijo aquella mujer hace 15 años):

"Hay cosas que no se deben ver, sabe usted"

En los ignotos pueblos sureños, la religión católica convive muy de cerca con los ritos de nuestros ancestros y a veces, aunque domine el catolicismo este estará tamizado por aquellas creencias primigenias y, claro, los miedos y mitos locales.

En mi pueblo, en la vieja capilla que está en lo alto (cerca de donde vivía "Julia"), hay una versión (un retablo barato, desde luego, ninguna pieza de colección, de lo contrario no estaría ubicada en ese ignoto templo) del Martirio de San Sebastián -algo extraño toda vez que el Santo Patrono es Señor Santiago. Y sucede que la última vez que estuve ahí, tenía el rostro cubierto con un mantón morado y cuando le pregunté a una de las beatas el por qué de esto, su respuesta fue que a la gente le daba mucho miedo y remordimientos, no pudiéndose concentrar en los rezos mirando esa expresión de horror y sufrimiento. Pero yo lo atribuyo a una extraña asociación: Señor Santiago aparece montado a caballo y con una daga/espada en la mano como si estuviera listo para clavársela a alguien, mientras que San Sebastián aparece con dos dagas clavadas en el cuerpo.

Nuestros ritos ancestrales no es que estuvieran exentos de dolor y hasta crueldad, pero de verdad que hay Santos que más que invitar la paz espiritual… infunden miedo.

Besos desacralizados

Aurore Dupin dijo...

Estimado Doc:

Hablando de sincretismos, “La fórmula secreta” es tan onírica que mezcla la voz del magister Sabines (antes de que se le tornara seductoramente ronca por el tabaco), las letras de Rulfo (Santo san Antoñito/Ruega por nosotros/Atajo de malvados, retahíla de vagos/Ruega por nosotros/Cáfila de bandidos/Ruega por nosotros/Al menos éstos ya no vivirán calados por el hambre) y magníficas metáforas visuales de todo tipo (como las de la globalización con “coca cola en la sangre” o “el hot dog que da la vuelta al mundo”-cuando los capitalistas roen la salchicha utilizada como señuelo no tiene precio-). Las escenas de los sacerdotes que se abalanzan con singular alegría sobre “los juegos infantiles”. El retablo barroco como epílogo y epítome es genial. Conclusión: entre el ganado netamente “animal” y el humano la diferencia es puramente metonímica.

http://www.youtube.com/watch?v=XzZbzz3VjPM

Saludos chisposos (adoraba a José Luis Kraft)

Aurore Dupin dijo...

Jota Pe:

“Mesmamente” otro templo dominico. Aunque -si no mal recuerdo- esto de las mutilaciones fue por los cañonazos entre liberadores y conservadores allá en el siglo XIX (Aunque entre la carpa de todos los vendedores, y los europeos y gringos que parecen postes se torna difícil apreciar la fachada).

Ya hablaré de las festividades de Santo Domingo que me tocó presenciar en Chiapas en este viaje.

Un abrazo decapitado.

Aurore Dupin dijo...

Queridísima:

En Chiapa de Corzo -en el museo Franco Lázaro Gómez, justamente en el Exconvento de Santo Domingo- pude apreciar un retablo de San Sebastián: ese arquetípico ícono de hombre de belleza casi femenina, pero con torso musculoso, que se debate sobre una columna mientras las flechas penetran en su estética carne: no me extraña en absoluto que haya sido adoptado como símbolo gay; García Lorca lo reafirma
“Convengamos: una de las posturas más bellas del hombre es aquélla de San Sebastián”. Para aquellos que crean que la representación de Tiziano es ambigua, la de Guido Reni es abiertamente… Bueno, ustedes juzguen.

http://www.johncoulthart.com/feuilleton/2008/02/17/guido-renis-saint-sebastian/

Anónimo dijo...

Aurore, primero muchas felicidades a las dos por la nueva decoración del hogar. Siempre es un placer llegar y encontrar nuevas cosas.

Tu viaje, me gusta mucho, me gusta mucho la manera que describes a tu familia, tienes algo que poco tenemos en nuestra manera de hablar, el otro día Her BB me hizo fijarme en eso, no dices mi papá o mi mamá, dices papá o mamá, sin ese sentido de pertenencia exclusiva que yo uso normalmente, me agrada.

Ahora a lo que venimos, yo he visto ojos de niños que parecen ojos de viejos, pero rara vez he visto lo que vieron en tus ojos, si así funciona, seguramente nunca dejaras de sorprenderte ante la vida, eso es seguro, la vida es maravillosa ante los ojos de los niños.

Cuando vas a lugares “mágicos” siempre tienes que tener un guía para saber cuando es el momento de entrar a un lugar, no solo a una Iglesia, no solo a una casa, a cualquier lugar, si creo en esos sabios que al mirarte te dicen no pase, no entre, no es su tiempo, y muchas veces sin querer nos aferramos y entramos sin saber que no es nuestro tiempo de conocer o tal vez de aprender.

Cómo siempre, tendré que regresar a leerte, y tal vez piense ¿Pero que tonta soy porqué opine a las dos de la madrugada? Pero lo más seguro es que me quede con lo escrito hoy, porqué soy de impulsos, aún sabiendo que no es la hora.

Un abrazo

Menospausas

Aurore Dupin dijo...

Estimada Menospausas:

Marichuy es la que merece el crédito por la decoración del hogar: por alguna razón no me aparece la pestaña de configuración en el blogger, por lo que no puedo realizar modificación de las plantillas (pero sigo las enseñanzas zen de la señora y no apresuro los eventos: por algo suceden: qué tal si le doy en la torre a la estética del blog).

En cuanto al uso de pertenencia de los padres...en tu casa sí llego a utilizar el consabido "mi" papá-mamá, especialmente en presencia de mis hermanos (una total inutilidad, pero justamente lo heredé de ellos: la tríada Caín (D), Abel (H) y Set (E) continúa perpetúandose.

Síp, en algunas cosas conservo una candidez que raya en la estupidez, y en otras parezco lobezno rabioso... dicotomías existenciales. Considerando que los ojos son el espejo del alma...

En ese sitio en particular desconocía que se realizaban ritos a la Santa Muerte, justamente a esa efigie que he comentado: ciertamente no sé de dónde proviene la "vibra": si de su antigüedad, de los rituales asociados a ella desde la época colonial, del propio monasterio... pero es un lugar muy extraño: en la planta alta del exconvento de Tepoztlán -donde se encuentran las celdas de los monjes- también se percibe un ambiente "pesado" como diría mi bisabuela: a pesar de mi formación científica, lo que he vivido en casa, fuera de ella y e incluso en los hospitales donde he laborado me han hecho plantearme cuestiones muy metafísicas; como diría Pascal: "Muy débil es la razón si no alcanza a comprender que hay muchas cosas que la sobrepasan".

Ya somos dos de impulsos...y noctámbulos.

Un abrazo y besos estrigiformes.

Anónimo dijo...

Aurore, creo que no regué el Tapache tan feo como yo pensé, ayer caía de sueño pero terca de mi quería escribirte.

Primero no se que tan cierto sea eso de que por sus letras os conoceréis, pero aunque en la casa tu hables de “mi” “tu” no lo escribes, ese poder soltar lo que no nos pertenece, más que Caín y Abel, querida Aurore, creo que es algo en nuestro sentido de partencia, aún cuando uno esta con sus padres y hermanos, solemos decir “mi mamá me mima” raro aquel que dice “nuestra mamá nos mima”, creo que en el idioma de Her BB no existe eso de apropiarse de los papás cuando los demás hermanos o familia están presentes, pero si lo escribes, sin el mi, de alguna manera es parte de ti, cómo cuando alguien dice mi Padre, o mi Madre, caray creo que le das un tono de formalidad a la relación, este México en que un tono más arriba suena a ruido.

Sobre tus ojos de niña, en verdad espero que no cambien

Ahora bien sobre los templos y el no pasar, creo que además de materia somos energía, esa energía la soltamos la liberamos, y la dejamos en todos los lugares. Ahora que me dices que veneran a la Santa Muerte, imagina el dolor de cientos de creyentes que van a pedir con dolor por algo que ellos creen, yo he sentido ese dolor en mi cuerpo, que pasa a través de una roce o de una persona, un día un amigo me hizo llorar al solo dejar nuestras manos a unos centímetros de distancia, yo escéptica de mi, lo empecé a escuchar, aclaro era una fiesta, no un lugar de fe, y estaba en mis cinco sentidos, cuando por un momento el me pregunto que sentía no pude hablar el dolor se apodero de mi, dure con esa sensación mucho tiempo, me dolía, en verdad sentí el dolor siempre que me acordaba de ese momento y no podía parar de llorar, me invitó a otras cosas y en verdad no creo estar preparada para traspasar esa puerta, ni con guía, otro día me paso lo mismo en Padova, en la Iglesia de San Antonio, era el santo preferido de mi abuelita, así que era visita obligada para mi, por ella, al llegar al altar dedicado a él, en la parte posterior se encuentra su tumba, las personas tocan con dolor y con agradecimiento la tumba, pero en verdad dolor, los ves llorando a gritos, cuando por fin me anime a tocar la tumba, un terrible golpe en mi mano, me hizo separarme de ahí, el sentimiento fue el mismo, el dolor de las personas que van dejando en forma de energía, es un sentimiento muy raro en verdad, pero ahí esta, eso es y eso somos energía, Aurore, y la trasmitimos.

Un beso mujer con ojos de niña.

Caray creo que los desvaríos nocturnos continúan a esta hora del día.

Menospausas
PD ¿Podrían poner nombre y dominio para poder entrar, sin usar mi personalidad múltiple? ji, ji

Deino dijo...

Perdo Paramo es mi libro favorito. Ando en busca de un Comala personal. Ahora, ¿Por que alguien querria encontrar su comala personal. Creo que es necesario tener un santuario y un infiernito para cada uno, al menos saber distinguir en cual te encuentras ( o como llegar a el). O para comparar.

No es que haya encontrado mi sanctuario tampoco.

Abrazos calurosos, para que no tengas que regresar a comala por una cobija.

Sue dijo...

No voy a ser nada original, lo sé, pero aún así no voy a dejar de escribirlo: me gusta el nuevo diseño y me gusta Pedro Páramo. Si no es mi libro favorito (es que cuesta olvidarse de Firmin) se acerca bastante. Su prosa magnífica.

Gracias por el recordatorio. Ha sido una suerte pasar por aquí precisamente hoy. Necesitaba un buen texto antes de irme a dormir.

Un saludo.

Aurore Dupin dijo...

Estimada Menospausas:

Tal vez no haya habido necesidad de transpolarlo al lenguaje verbal: tanto papá como mamá me han mimado al exceso por ser la única mujer y el hijo más chico de forma simultánea; me pertenecen, muajaja.

La expresión de los ojos llega a mutar cuando aflora el sociópata: parece ser que no se torna un espectáculo agradable, por lo que me han comentado.

Sí, este conglomerado de materia y energía conlleva su parte obscura (tanto en la física tradicional como en la motafísica).

Ah...muero por ir a Italia, aunque sea en forma de ceniza (porque en esta vida material lo dudo).

Beso recíproco.

Ad. ¿Nombre y dominio?

Aurore Dupin dijo...

Deino:

En mi caso, no lo busqué: él me encontró.

No es necesario, pero ciertamente el paraíso y el infierno son muy particulares...y en lo personal, aun cuando las diferencias están muy marcadas, gran parte de mi vida transcurre en el limbo (con todo y que la iglesia católica lo haya abolido).

La búsqueda del sanctasanctórum puede convertirse en una epopeya de dimensiones épicas, sin duda. Pero llegar a ese rincón de inflexión entre la mente y el espíritu ciertamente es algo que no tiene precio.

La H.H. Cuautla, Mor. no está envenenada por el aire podrido de las saponarias, pero no dudo que sea una antesala del infierno ¿alguien que permute una casa en Alaska por la mía?

Saludos cálidos.

Aurore Dupin dijo...

Sue:

Gracias por las flores, pero se las voy a dejar a Marichuy, ya que el esfuerzo del diseño es enteramente suyo -y ciertamente me desagrada hacer reverencias con sombrero ajeno, como nuestro presidente espurio-.

Juan Rulfo tuvo una habilidad impresionante para plasmar esas inquietudes arquetípicas del mexicano, en ese lenguaje sencillo, pero lleno de alegorías: un viaje en todos los sentidos.

Cuando gustes, la casa virtual ofrece un amplio surtido de divagaciones.

Saludos cuentistas.

Anónimo dijo...

lo que mas me llama la atención es las sensaciones que no lo dejan a uno cuando se entra a esos lugares... recuerdo que los 3 primeros años de primaria los realize en un convento de monjas... para mi era tremendo entrar al salon de actos... esa penumbra ... ese aire tan pesado... que bueno que termine la primaria en otra escuela...
pero somos mujeres y somos curiosas... me gustaria mucho conocer ese lugar...
abrazos y esta quedando super la decoración
=D

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Querida Aurore:

La mujer no te cerró las puertas para siempre. Simplemente dijo que aún no te tocaba. Supongo que tarde o temprano te tocará y podrás entrar a esa iglesia.

"Los caminos no se apresuran".

Un abrazo.

Aurore Dupin dijo...

Ana:

Ese sitio en particular tiene una energía muy extraña, pero -como comenté en el post- he percibido algo similar en un sitio que no tiene exconvento: Zirahuén.

Por otra parte, lo comentado por Menospausas me recuerda otra enseñanza acerca de esto:

Mi bisabuela sabía lo visual que soy, así que cuando acudía a los templos de inmensos retablos barrocos estaba más tranquila: me entretenía en las volutas y nervaduras; ella siempre hacía énfasis en que lo practicado entre cuatro paredes, allí se quedaba: v. gr. jamás permitía disputas en la cocina, nos corría al patio.

¿A qué viene todo esto? A que los lugares se quedan impregnados de lo que allí ocurre -ya sea en frecuencia o en intensidad- y en ocasiones no son es algo agradable: si algo se construye en base a represiones y castigos...bueno. Ya te imaginarás.

Ad. Te recomiendo conocerlo durante semana santa o durante las dos primeras semanas de agosto (cuando se conmemora la fundación de su comunidad de predicadores).

Ash, por eso decían los inquisidores dominicos en su "magnífico tratado" (el Malleus Maleficarum) que las mujeres somos la fuente de todo mal.

Un abrazo de vuelta.

Ad. La decoración es producto del esfuerzo de Marichuy; pero con este sistema neoliberal, ella trabaja y yo recibo los parabienes (Querida, eres libre de arrojarme a una conferencia PANista por esto último).

Aurore Dupin dijo...

Strika:

Ciertamente; empero, no deja de ser curioso que haya acudido ya en tres ocasiones y mi objetivo permanezca sin completarse.

Ya estaba escrito.

Abrazos de retorno.