julio 08, 2009

sudor anglicus

"But it is on account of the ill-natured, fetid,

corrupt, putrid and loathsome vapours close

to the region of the heart and of the lungs,

whereby they grow ill, and the panting of the

breath itself magnifies and increases and restricts:

because of the external heat and fire

itself near the heart."

Forestier. Tractatus contra pestilentiam thenasmonem et dissinteriam. 1490


1485. La casa de los Estuardo prevalece sobre la de York; la fase final de la guerra de las dos rosas. Empero, los festejos de la coronación de Enrique VII fueron pospuestos por el equivalente a “Jack el destripador” en el área de la infectología: el sudor anglicus.


Flemático –con denominación de origen- y todo un caballero: 24 horas bastaban para decidir la permanencia o el exilio de la corriente vital.


El alcalde de Londres fallece al día siguiente de presentar fiebre de inicio súbito, con todo su cortejo sintomático: cefalea, mialgias, artralgias; postración… y una diaforesis característica –las condiciones de higiene en Europa del siglo XV no diferían mucho de las retratadas por Patrick Süskind en El perfume, por lo que ya cabrá imaginarse la potencia odorífera de un sudor “pestilente” de acuerdo a los relatos de la época-. Las erupciones cutáneas, las hemorragias, la dificultad para respirar, los signos de afección neurológica (fotofobia, vómito, delirium, parálisis, somnolencia) eran el preámbulo seguro de la muerte; empero, las Keres y Tánatos ahora segaban las espigas doradas: los varones jóvenes.


1508. Oxford. Las “herejías” de Wickliffe –que serían la chispa que Martín Lutero convertiría en la hoguera de Roma- y la represión eclesiástica minaron la escuela filosófica; muy atrás habían quedado Escoto, Bacon, Occam -cuya navaja no le salvó de la guadaña-: la muerte es la única que no sabe de rezagos. Los catedráticos se revolvían, inquietos, sobre las frías baldosas. Recordaban la obra de la pestilentia, 150 años atrás, cuando el diezmado clero no se daba abasto para administrar los últimos sacramentos: las sombras caían en su derredor, como relataban las crónicas. ¿Acaso era una versión de la muerte negra? ¿Cuerpo sobrecargado de humores? Tal vez. ¿Castigo por gula y lujuria? Quizá, después de todo eran universitarios. ¿Porosidades corporales dilatadas artificialmente por los baños? Poco probable. Las palabras de Jaume D’Agramont pendían como espada de Damocles: “la relación con una víctima de enfermedad pestilencial provoca la transmisión de la enfermedad de una persona a otra como un fuego salvaje, a menos que Dios proteja con su gracia”. Tanto clérigos como seglares se preguntaban dónde estaba la gracia divina en estas circunstancias*. Sir Thomas More debió advertir al cardenal Wolsey sobre la desastrosa mortalidad entre los estudiantes de Oxford y Cambridge.

*Wickliffe se la ganó a pulso: antes de ser arrestado, enjuiciado y quemado en la hoguera, murió a consecuencia de una apoplejía -la segunda- mientras dirigía una misa (no ipso facto, pero lo salvó de todos modos).


1529. Salón del antiguo castillo de Marburg. El landgrave Felipe de Hessen nos dirige una mirada –entre conciliadora y resignada- tras el óleo de August Noack, en tanto que Lutero y Zwinglio se enfrascan en debates teológicos.


Z: Este texto de San Juan os retuerce el pescuezo

L: No os ensoberbezcáis tanto, estáis en Hessen y no en Suiza. Aquí el pescuezo no se retuerce así

Z: Son diversas las formas de expresarse, excusadme

El buen Felipe, con un gesto, dio por buena la excusa.


El sudor anglicus llegó tres días después de iniciado el combate ideológico para zanjar diferencias –de acuerdo a los organizadores del coloquio- pero sólo hubo un caso, que además se curó; los caminos del señor son inescrutables: quizá bastaba verles las caras a los contendientes para apreciar que nunca podrían llegar a un acuerdo y ¿qué mejor que una epidemia mortífera para acallar las disputas? Ephimera anglica pestilens.


1551. Septiembre. Este Sir se disipa entre la neblina londinense.


Los puertos del norte de Inglaterra sostenían relaciones comerciales con escandinavos y rusos: la fiebre hemorrágica de Omsk y la encefalitis del grupo B tienen cuadros clínicos similares al del sudor inglés. La “preferencia” estacional, los lapsos irregulares entre las cinco epidemias conocidas, la afección de hombres jóvenes y generalmente de buena posición económica –las exposiciones previas en los sectores vulnerables les prestan inmunidad adquirida- y otros factores más permiten encaminarnos a su origen viral.


En base a los registros de John Caius, algunos llegaron a considerarlo como “una forma violenta de influenza”. Sin embargo, la mayoría de los investigadores se decantan por los Arbovirus, especialmente por el síndrome pulmonar por Hantavirus, e incluso por el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo…ante el debate de la presencia de signos hemorrágicos, se ha comentado que el miedo ante la enfermedad, más la medida de envolver al paciente completamente, no permitían que los médicos realizaran una exploración física minuciosa (casi como los internos de pregrado del siglo XXI). Pero algo es seguro: no tenían bubas; así que mi Yersinia pestis puede seguir durmiendo el sueño de los justos en mi cama…ya que también se ha especulado que las pandemias atribuidas a la peste fueron variantes de un Filovirus: el Ébola (tengo que conseguir la versión giant microbes®).


O tal vez, -a lo U. Eco-: “Hay enfermedades que sorprenden sólo a individuos, en lugares y tiempos diferentes, como el Sudor anglicus, otras peculiares a una sola región, como la Dysenteria melitensis o la Elephantiasis aegyptia, y otras, por fin, como la peste, que atacan durante largo tiempo a los habitantes de muchas regiones”.


Con su permiso, tengo una cita de reencuentro con El séptimo sello de Bergman.


Saludos con anhidrosis.

23 comentarios:

marichuy dijo...

Querida Aurores

Si como en aquellos tiempos, el sudor anglius -o alguna otra de estas "bonitas" enfermedades que mencionas- llegara a nuestro país, con objeto de zanjar diferencias... ups no quiero imaginar la mortandad que se nos vendría.

Besos con antivirus

Anónimo dijo...

Aurores: Indudablemente todo en el pasado cuando no hay muchas versiones y todas están cargadas de subjetividad, tiende al mito. Incluso en nuestro pasado más cercano. La "pandemia" de influenza es un ejemplo. El humano sigue viviendo de mitos más que de verdades, y las enfermedades son consecuencia de esa peculiar circunstancia esencialmente, antes incluso que cualquier agente etiológico.
La verdad no s hará libres
La verdad nos hará sanos
La verdad
No la tuya ni la mía
La verdad

Saludos inmunes!

MauVenom dijo...

Aurore

mi maldad necesita de poco para florecer

y mientras leia tu texto con fascinación pues soy fanático de este tipo de pasajes históricos me imaginaba cuanta labor tendría el sudor angélicus en nuestro tiempo de presentarse a separar intereses como dice Marichuy a zanjar diferencias

eso sí sería una tragedia

que algúna miserable parte de mi vil ser desea con sonrisa

porque de acuerdo estamos en que más justicia imparte un virus sin cura que el "equitativo" sistema humano de leyes y soluciones compradas

en fin... no estamos exentos

Un saludo.

Ana A. dijo...

Jajajaja.
besos con cubrebocas...
Esto ya no soporta otra enfermedad, con o sin diferencias...
muy bueno, me gustó.

malbicho dijo...

Aurore, qué bárbara!, un texto cultérrimo pero fresco y ligero... pos cómo le haces???

Aurore Dupin dijo...

Dr. Gurma:

Pues de la época en que la influenza era "por influencia maligna" de los astros, no hemos cambiado mucho.


MauVenom:

Tal vez podría infiltrarme en el CDC de Atlanta y diseminar viruela en el congreso de la Unión y en la residencia de los pinoles (como dice Sheik Ilderim en Ben-Hur: "Ya sé que no es posible, pero cómo deleita la imaginación")

Ana:
Grazie.


Malbicho:
Es muy fácil: consigue LSD y éxtasis ... y los revuelves con el vino de tu preferencia (o con absenta).

marichuy dijo...

"Malbicho:
Es muy fácil: consigue LSD y éxtasis ... y los revuelves con el vino de tu preferencia (o con absenta)"

Aurore

Querida, creo que ni hace falta ese cóctel; con la pura Absenta y un chocolate Lindt très noir (85% cacao)... yo viajaría

Un beso

Aurore Dupin dijo...

Yo viajo:

Con unos granos de café cubiertos con chocolate, café veracruzano y el réquiem de Mozart.

Besos nada culposos.

marichuy dijo...

Aurore

Esos granos de café cubiertos de chocolate oscuro son una delicia.

Besos antojados

Aurore Dupin dijo...

Queridísima:

Vaya que sí. Me traje tres frascos de ellos de Córdoba, que no duraron ni un mes.

Mi sistema cardiovascular sufre por gula y pereza... espero que la lujuria lo compense.

Besos pecadores.

Anónimo dijo...

siempre me ha gustado mucho leer... pero que barbaras son Marichuy y ud...
por ahi decia Malbicho - y como le hacen...?
me gusta mucho leerles ya que en escritos cortos, resumen y aplican lo que escriben a temas de la actualidad...
un abrazo

=D

El cola E´Flecha dijo...

Y hablando de enfermedades globalizadas ¿que tal ese mal terrible de "Kagasawa"?

(Auch... no debí haberme comido ese séptimo plato de suchi).

Aurore Dupin dijo...

Ana, querida.

Debo agradecer que mi abuela me llevara los diarios "usados" de La Jornada (la idea era por la sección para niños, pero me atrajo más el suplemento semanal).

Debo agradecer a mi madre por explotar un deseo poderoso: lo prohibido. Con ser profesora, jamás me enseñó a leer, y me vedaba el acceso a la biblioteca.

Tal vez ahí se despertó mi lujuria libresca.

Tal vez.

Saludos etiológicos.

Aurore Dupin dijo...

Abraxas:

(no dejo de pensar en Demian de Hesse con ese nick)

Eso sólo pasa en los restaurantes japoneses mexicanos. La venganza de Moctezuma no suele aparecer en países con medidas de higiene básica.

Saludos con Escherichia coli, Entamoeba histolytica, helmintos...

El cola E´Flecha dijo...

Aurore, No creo que haya sido culpable la higiene tanto como el exceso :D

Y yo mas bien caigo del lado demoniaco de Crowley, no Hesse-Jung.

Aurore Dupin dijo...

Abraxas:

Moderación, moderación.

Todo lo contrario a "Haz lo que quieras"

Saludos Aleisterianos.

Anónimo dijo...

Paso a obsequiarte mis cariños. No los repudies, te lo suplico, los pobrecillos han sufrido demasiado. Saludos afectuosos desde una fría alameda. Au revoir.

marichuy dijo...

Caballero

Cómo cree que a usted lo rechazaría?

Saludos

Anónimo dijo...

En efecto, ¿qué hubiera sido de Hannibal Rissing sin él? Dudo mucho que no se la hubiera etiquetado como un pobre título de cine serie B y arrojado al cajón polvoriento de la intrascendencia... ahora bien, Gong Li hace bien lo suyo, ¿no?

marichuy dijo...

Caballero

Gong Li es buena actriz y una mujer muy seductora... bien que se lo quería comer... je

Kyuuketsuki dijo...

Mencionaste "Wickliffe", "herejías" y entre toda esta remembranza a los pleitos eclesiásticos, mi mente voló a la terrible noche de san bartolomé...

Aurore Dupin dijo...

Kyuuketsuki:

Conste que "herejías" es un término entrecomillado para mí. Eventos trágicos por luchas religiosas es, para nuestra desgracia, algo que todavía la humanidad no ha sabido superar. Por algo decían que los dominicos eran los perros de la fe... con rabia. Y así seguimos.

Saludos tristes.

Anónimo dijo...

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