Gracias a Kix me entero que un sacerdote argentino de 38 años, ha decidido abandonar el oficio religioso, en pos de formar una familia con la mujer a la que ama. En una muestra de honestidad, muy pocas veces vista en esa Institución Eclesiástica que prefiere ignorar los casos de sacerdotes que tienen mujeres y hasta hijos o peor aún, a los que practican la pederastia y demás actos supuestamente prohibidos por el credo católico, el joven sacerdote ha asumido sus debilidades netamente humanas y así lo ha expresado:
"No niego que hay personas que puedan vivir su celibato, pero también creo que la Iglesia en esto tiene que crecer para que los sacerdotes puedan optar. La Iglesia necesita una apertura"
Y la historia del sacerdote argentino, me trae a la mente el brevísimo cuento de René Avilés Fabila, que ya he transcrito en alguna ocasión:
Confesiones de una mujer solitaria"Nuevamente he sido acosada por sueños eróticos, punzada por ellos. De nada me han valido los esfuerzos por alejarlos. Parece no haber cura o remedio. Noche tras noche vuelven. Pienso en hombres desnudos y en violentas escenas sexuales. Al final despierto humedecida. De día trabajo incansable: fatigo mi cuerpo con tareas físicas y mi mente escribiendo sin cesar. Procuro no traer a mi mente seres masculinos, lo mismo que de mis lecturas he alejado cualquier tentación. Los rezos no me sirven, tampoco la confesión. En cuanto caigo rendida de sueño, que supongo reparador, comienza la tortura. Una y otra vez soy violada, tomada, desgarrada. Y gozo hasta que la luz del día me trae el arrepentimiento. Si tuviera valor, me lanzaría de lleno al mundo terrenal al que parezco pertenecer. Dios sabe de mis dudas. Pero no lo haré; estoy destinada a la odiosa espiritualidad y a la soledad del claustro. Trataré, al menos, de encontrar alivio en la literatura, en la poesía, de ocultar esas pasiones que me queman, me consumen lentamente, y que siempre he deseado se conviertan en una soberbia realidad"[René Avilés Fabila Confesiones de una mujer solitaria. En Todo el amor. Ed Aldus México 1998]
10 comentarios:
El celibato es uno de los errores estructurales más grandes en el catolicismo, cimentado además por una mentira, pues en la Biblia (libro sagrado de esta religión) no se estipula en ningún momento que los sacerdotes no puedan contraer matrimonio.
Y más allá de interpretaciones teológicas, la idea de la castidad agrava por mucho la calidad de vida de un ser humano.
Ahora, bajo una interpretación objetiva, ¿por qué es más puro o tiene mayor calidad moral una persona que guarda un voto de castidad que otro que vive una vida sexual plena?
Bueno, creo que la respuesta es por el placer. El places, para muchas religiones, es el comienzo del pecado, o incluso es el mismo pecado.
Pero debemos saber algo, aquellos que crearon la penitencia y el perdón, también fueron los hacedores del pecado. El pecado no lo es hasta que alguien lo instituye, hasta que está escrito, es un dogma y no puede contravenirse por ninguna razón.
Ojalá haya más sacerdotes que nos den este tipo de sorpresas lucidas.
Saludos
Luis
Ahora que leo que los hacedores de la penitencia fueron los mismos que crearon el pecado, es porque así deba funcionar: para que la Iglesia siga persistiendo por los siglos, tiene que dar esa imagen castigadora y al mismo tiempo... benevolente.
En cuanto al celibato y a la castidad, me parece que su obligatoriedad ha sido una de las causas de tanta descomposición moral a su interior.
En fin, no creo que la Iglesia católica cambie fácilmente sus antiquísimas y anquilosadas estructuras y normas.
Saludos
-- marichuy, realmente absurda, optusa, retrograda la iglesia catolica, no usen condon, no aborten, no sean felices, cuando se va a acabar tanto sin sentido?
Querido mío
¡Con la Iglesia hemos topado!
Nunca mejor dicho.
Hola Marichuy, de regreso de mis merecidas vacaciones del Blog, je, je, nos tomamos unos días de descanso de Internet, bueno llego a tu blog y tu blasfemando contra la santa Iglesia.
La historia de amor del ex cura argentino, es una historia que se repite todos los días desde años remotos, la Iglesia nunca acabará por comprender que el celibato solo puede provocar salidas o escapadas de sus curas, en el mejor de los casos.
Te diré, creo que no es nada fácil para un hombre apostatar de la Iglesia Católica, dejar tu profesión por amor a otro ser que no sea "Dios". La iglesia sigue pecando de ceguera, la castidad no debería ser obligatoria, mientras sea así seguirá habiendo casos como este cura argentino.
Me recuerda que hay una película argentina, Camelia, creo que se llama, un cura se enamora y se fuga con ella, al final los encuentran y los matan a los dos por el pecado de dejar la Iglesia él y ella por pervertir al cura, creo que esta basada en la misma novela de 1800 y tantos en la que se basa El Padre Amaro.
Saludos y esperemos que pronto haya muchos curas que saquen a la luz su sexualidad a pesar de tener que renunciar a su profesión.
Dilbertina, un abrazo de pascua
Dilbertina
Así es querida, esto debe estar sucediendo desde tiempos inmemoriales. Y también desde tiempos inmemoriales, la Iglesia sigue mostrando la misma ceguera.
Yo pienso igual: para un sacerdote, no debe resultar nada sencillo abandonar su profesión; además en el fondo, si en verdad es un buen hombre, quizá los remordimientos nunca dejen de atormentarle.
En fin tema complicado.
Un abrazo resucitado
El celibato va contra natura.
No debería ser impuesto, en todo caso, debería ser opcional.
Los seguidores de Jesús, y entre ellos algunos de los apóstoles como Pedro, estaban casados, y no por ello dejaron de seguir al maestro.
Pienso que los ministros religiosos, tienen derecho de formar una familia, además de servir a Dios.
Besos querida amiga:)
Sibyla
Así es: va contra natura la imposición de celibato y castidad. Creo que un sacerdote feliz en su vida personal, sería un mejor ministro de Dios.
Un beso querida
Yo escribí uno parecido, pero peor. Lindo. Gracias por el link que me trajo hasta acá. No sabía que tenía otra casa, ud.
Saludos!
Ojaral
Tengo que buscar ese post suyo, para leer su cuento.
Gracias por pasar
Saludos
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