enero 30, 2009

en mi planeta también se pone el sol

Leí este libro cuando tenía 13 años, alguien me lo regaló. Nunca más volví a él durante la adolescencia; fue hasta la edad adulta, en los momentos de tristeza, depresión e impotencia cuando me he reencontrado con esta entrañable y sencilla historia. No comulgo con los llamados libros de auto-ayuda y sin embargo, en la relación de El Principito y el zorro, he encontrado más de una lección esencial y más de una coincidencia, también. Como él pequeño héroe de Saint-Exupery, yo añoro las puestas del sol, esas que solía disfrutar en mi infancia allá en el Pacífico guerrerense.













El principito.- (fragmento)

El zorro
"Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos, y es el tiempo perdido con tu rosa lo que la hace importante (…)Ah, principito, cómo he ido comprendiendo lentamente tu vida melancólica! Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuarto día, cuando me dijiste:

-Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol -Tendremos que esperar -¿Esperar qué? -Que el sol se ponga. Pareciste muy sorprendido primero, y después te reíste de ti mismo. Y me dijiste:

-Siempre me creo que estoy en mi tierra.

En efecto, como todo el mundo sabe, cuando es mediodía en Estados Unidos, en Francia se está poniendo el sol. Sería suficiente poder trasladarse a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol, pero desgraciadamente Francia está demasiado lejos. En cambio, sobre tu pequeño planeta te bastaba arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo deseabas. -¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces! Y un poco más tarde añadiste:

-¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol.
-El día que la viste cuarenta y tres veces estabas muy triste ¿verdad? Y principito no respondió.

(…)Para mi no eres todavía más que en muchachito semejante a 100.000 muchachitos. Y no te necesito, y tu tampoco me necesitas, no soy para ti más que un zorro semejante a 100.000 zorros, pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro, serás para mí único en el mundo, seré para ti único en el mundo. Si me domesticas, mi vida se llenará de sol, conoceré un ruido de pasos que será diferente a todos los otros…tus ruidos me llamarán fuera de la madriguera, como una música."

Antoine de Saint-Exupery

5 comentarios:

Deino dijo...

Desde chico he querido leer el principito, y me resulta penoso decir que aun no lo he hecho... Aunque aquella parte del pirncipito con el zorro si la lei. Venia en los libros de español de la SEP, y me conmovio en demasia.

Ahora me invade la nostalgia, de mis dias en la primaria.

marichuy dijo...

Deino

Bueno por lo menos los libros de la primaria de la SEP, traían algo valioso, je.

"El principito" creo que resulta más entrañable, cuando se lee en la adultez.

Un saludo

Anónimo dijo...

El principito, es para leerse de grande, es un libro para llevar con uno toda la vida. Yo tampoco creo en los libros de autoayuda, sobre todo cuando son gringos, pero este libro es una serie de enseñanzas, que comprendes más cuanto más grande eres.

No se porque se afanan en querer que un niño o adolescente lo lea, tendrá que ser un chavo que lea mucho...y cada día son menos los que leen.

Gracias por poner esta parte del libro siempre fresco y refrescante

Saludos esenciales

Dilbertina

marichuy dijo...

Dilbertina

Tienes razón, es una postura un tanto equivoca el creer que "El principito" es para niños. Es en la edad adulta cuando se entiende y sienta más.

Sobre los libros de auto-ayuda gringos; uf les tengo tirria. Una amiga es fan de ellos y tuvo a bien regarme dos: "Padres que odian a sus hijos" y "Caldo de pollo para el alma de la mujer". El primero es espantoso, manipulador y maniqueo; el segundo, es una vil estupidez.

Un abrazo

Juan! dijo...

Marichuy:

Estamos chupando tranquilos…

- Solo se lee bien con el corazón, lo esencial es ilusorio para los ojos…

Te voy a confesar algo: tengo un solo ejemplar del principito. Lo conservo desde hace muchos, muchos años… Está roto y tiene una calcomanía de la pantera rosa jugando tenis en la portada.
Por alguna razón le faltan hojas hacia el final, le faltan zorros y prólogo. Le falta aquello que podía relacionar con mi mejor amigo (quien gustaba de los zorritos) y le faltaba que alguien me lo recordara así. Siempre pensé que en mi vida pasaría algo que llenara los vacíos.

Ni modo paisanita, ésta entrada es mía (aunque la hayas escrito tú)

Con mucho cariño

-J!?