En los años 50's del siglo pasado, el escritor mexicano Juan Rulfo escribió un cuento llamado Diles que no me maten. Historia fatalista en torno a la violencia, desigualdad e injusticia características del campo mexicano. Medio siglo después, un joven escritor mexicano retoma la forma y fondo de dicho cuento y lo traslada al México de 2011 para entregar otra historia desgarradora, signada por la desigualdad social, violencia e injusticia en que se encuentra sumida la actual sociedad mexicana.
Diles que no me maten, Felipe.** David Toscana
Diles que no me maten,
Felipe! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo
hagan por caridad.
Haz que te oigan. Date
tus mañas y diles que para sustos ya ha estado bueno. Anda, Felipe, tú que los
conoces, que tranzas con algunos de ellos. Nomás eso diles. O al menos dile a
tu gente, esa que tranza con los otros aunque dice que no tranza con nadie.
No tengo ganas de mucho.
Sólo de vivir. Quédense ustedes con el botín. Yo me conformo con visitar
algunos sitios, comer algunas cosas. Leer muchos libros. Amar a una mujer.
Anda, Felipe, no quiero
morir como tantos otros.
Ahora vivo fuera de
México, pero voy seguido. Y cuando voy me gusta ir de un lado a otro por
carretera, en coche o en autobús, y me cuentan que eso ahora se paga con la
vida.
Pero yo quiero ir,
Felipe, y visitar a mis amigos en Monterrey, en Culiacán, en Tijuana, en
Juárez. A mi familia de Acapulco, del DF, de Puebla. Todos esos lugares que
eran el paraíso.
Aunque tengo amigos que
ya nunca voy a ver, Felipe, porque dijiste que los ibas a cuidar y ni la
espalda te vieron. Me entero por aquí y por allá que la gente amanece
decapitada, degollada, enfosada, colgada, chamuscada, torturada, entambada,
baleada, trozada, desollada, encajuelada, empozolada, rafagueada.
Muerta, pa que me
entiendas.
Por caridad, Felipe,
diles que no me maten. Mira tú cómo andas de un lado para otro y ni quién te
haga nada. Otros somos más frágiles, tenemos que rascarnos con nuestras uñas,
porque la ley solo nos permite llevar uñas y dientes.
Yo no sé qué pasa,
Felipe, porque hace poco las cosas no eran así. Si uno se acercaba a la mujer
equivocada, le rompían el hocico, y eso era lo justo. Ahora se amanece muerto.
Si uno quería volver sano
a casa, bastaba con fijarse bien en los cruceros. Ahora no se sabe ni por donde
llega la muerte. Pero llega.
Tengo planes para hacerme
viejo y morir en la cama, sin pena ni gloria. Por eso, Felipe, diles que me
dejen morir mañana de las cosas que mueren los viejos. ¿Para qué adelantar las
cosas? Porque me cuesta trabajo imaginar morir así, de repente, con un montón
de balas en el cuerpo. Sin saber ni por qué. Quiero morir de la mano de mi
mujer, no por el dedo de un gatillero.
No, no puedo
acostumbrarme a la idea de que me maten.
Tiene que haber alguna
esperanza. En algún lugar puede aún quedar alguna esperanza.
Yo nunca le hecho daño a
nadie. Pero eso nada cambia. Tú no pareces darte cuenta. Sigues igual, como si
estuvieras dormido.
Hay gente que me va a
extrañar. Me mirarán a la cara y creerán que no soy yo. Se les afigurará que me
ha comido el coyote cuando me vean con esa cara tan llena de boquetes por tanto
tiro de gracia como me dieron.
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** No creo que haga falta la acotación pero... Felipe es Felipe Calderón, el Señor que cobra como Presidente de este país.
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7 comentarios:
lo malo que ni nos ve ni nos oye
En el tuiter de El nocturno expone argumentos buenérrimos de esta lucha caótica.
(Nada que ver con el lirismo de Rulfo, pero sí con la estulticia).
Grande Rulfo. Lo leeré en cuanto llegue a casa.
Seguiremos en la lucha, indignados, para que no maten a los inocentes.
Seguiremos.
Un beso.
Malbicho
Así es, al mejor estilo salinista: Felipe ni nos ve ni nos oye.
Aurore
Ups no sé quién es el tuitero "El nocturno", no lo sigo y creo que en mi TL nadie lo sigue pues nunca he visto un RT suyo. ¿A así es su nick @elnocturno?
Sue
Sip de lo más grande Rulfo, pese a lo breve de su obra, de lo mejor que hemos tenido.
Seguiremos. Ojalá.
Un beso
Marichuy
mmm mua !!
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