mayo 15, 2011

escribo porque...



Escribo porque... no sé bailar el tango, tocar un instrumento musical como la celesta o el glockenspiel, resolver problemas de matemáticas superiores, correr una maratón en Nueva York, trazar las órbitas de los planetas, escalar montañas, jugar al fútbol, jugar al rugby, excavar ruinas arqueológicas en Guatemala, descifrar códigos secretos, rezar como un moje tibetano, cruzar el Atlántico en solitario, hacer carpintería, construir una cabaña en Algonquin Park, conducir un avión a reacción, hacer surf, jugar a complejos videojuegos, resolver crucigramas, jugar al ajedrez, hacer costura, traducir del árabe y del griego, realizar la ceremonia del té, descuartizar un cerdo, ser corredor de Bolsa en Hong Kong, plantar orquídeas, cosechar cebada, hacer la danza del vientre, patinar, conversar en el lenguaje de los sordomudos, recitar el Corán de memoria, actuar en un teatro, volar en dirigible, ser cinematógrafo y hacer una película, en blanco y negro, absolutamente realista de Alicia en el País de las Maravillas, hacerme pasar por un banquero respetable y estafar a miles de personas, deleitarme con un plato de tripas à la mode de Caën, hacer vino, ser médico y viajar a un lugar devastado por la guerra y tratar con gente que ha perdido un brazo, una pierna, una casa, un hijo, organizar una misión diplomática para resolver el problema del Medio Oriente, salvar náufragos, dedicar treinta años al estudio de la paleografía sánscrita, restaurar cuadros venecianos, ser orfebre, dar saltos mortales con o sin red, silbar... decir por qué escribo...

[Alberto Manguel]

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5 comentarios:

vicho en ciernes dijo...

Nada que ver, pero tu entrada me recordó a una canción de cultura profética: "por qué cantamos"
http://www.youtube.com/watch?v=wFe4Tu57DMo

¡saludos!

malbicho dijo...

yo sí sé hacer todo eso y de todas maneras escribo (y chulo de bonito, dice mi amá)... cosa de organizarse marichuy, échale ganas

-je-

Sue dijo...

Muy buenas razones para escribir.

MauVenom dijo...

Yo sé hacer muchas cosas.

Pero escribo porque no sé hablar.



Besos

Aurore Dupin dijo...

Cómo amo a este hombre, aunque camina en la misma acera y simultáneamente en la contraria. Lo adoré con un parráfo del mismo libro "Historia de la lectura":

"Me preparé para encuentros con fantasmas, con la muerte, con animales parlantes, con la violencia de hechiceros y piratas; hice planes muy complicados para viajar hasta islas que serían escenarios de aventuras en las que Simbad se convertiría en mi amigo del alma. Tan sólo cuando, años más tarde, rocé por primera vez el cuerpo de mi amante, comprendí que en algunos casos la literatura no puede llegar a la altura de la realidad".

Creamos universos motafísicos, alegóricos y barrocos, cuando ese roce y destello de felicidad lo encontramos aquí, en la tierrita sucia y árida.