mayo 31, 2010

la muerta enamorada

Ahora que están tan de moda las historias de amor góticas y de vampiritos descafeinados y fashion (Twilight y cosas semejantes), me acordé de esta pequeña historia del siglo XIX: Clarimonde o La Muerta enamorada (publicada en 1836).

"Me preguntas, hermano, si he amado; sí. Es una historia singular y terrible, y, a pesar de mis sesenta y seis años, apenas me atrevo a remover las cenizas de este recuerdo. No quiero negarte nada, pero no referiría una historia semejante a otra persona menos experimentada que . Se trata de acontecimientos tan extraordinarios que apenas puedo creer que hayan sucedido. Fui, durante más de tres años, el juguete de una ilusión singular y diabólica. Yo, un pobre cura rural, he llevado todas las noches en sueños (quiera Dios que fuera un sueño) una vida de condenado, una vida mundana y de Sardanápalo. Una sola mirada demasiado complaciente a una mujer pudo causar la perdición de mi alma; pero, con la ayuda de Dios y de mi santo patrón, pude desterrar al malvado espíritu que se había apoderado de mí. Mi vida se había complicado con una vida nocturna completamente diferente. Durante el día yo era un sacerdote del Señor, casto, ocupado en la oración y en las cosas santas. Durante la noche, en el momento en que cerraba los ojos, me convertía en un joven caballero, experto en mujeres, perros y caballos, jugador de dados, bebedor y blasfemo. Y cuando, al llegar el alba, me despertaba, me parecía lo contrario, que me dormía y soñaba que era sacerdote. Me han quedado recuerdos de objetos y palabras de esta vida sonámbula, de los que no puedo defenderme y, a pesar de no haber salido nunca de mi parroquia, se diría al oírme que soy más bien un hombre que lo ha probado todo, y que, desengañado del mundo, ha entrado en religión queriendo terminar en el seno de Dios días tan agitados, que un humilde seminarista que ha envejecido en una ignorada casa de cura, en medio del bosque y sin ninguna relación con las cosas del siglo.

Sí, he amado como no ha amado nadie en el mundo, con un amor insensato y violento, tan violento que me asombra que no haya hecho estallar mi corazón. ¡Oh, qué noches! ¡Qué noches!"

Théophile Gautier, La Muerta enamorada (fragmento)

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7 comentarios:

marichuy dijo...

Lectura breve y grata, que, si de algo sirve, fue considerada en su momento como una gran obra por parte del poeta, traductor y crítico literario Charles Baudelaire.

Potter dijo...

Mari:

Que lindo fragmento, pero no encuentro el texto completo on-line, lo tienes?

Oye mi bella, con un novio demandante, un trabajo agobiante, una madre enfermita, un perro maniatico, una hipertensión galopante a los 28, una rutina de gimnasio que inicia aún cuando el sol no sale... acaso no tengo excusas para decirte que me perdones por el abandono a tus espacios?

Espero que sí...
Y cuando, al llegar el alba, me despertaba, me parecía lo contrario, que me dormía y soñaba que era un copioso blogger.

Besos bella

marichuy dijo...

Potter

Querido: por supuesto que dejé el link, ¿qué no leíste al final del post? Puse dos ligas, una es al texto completo y otra a una reseña.

Besitos y cuída tu salud... querido ¿Hipertensión a los 28? Estás muy estresado, imagino.

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/gautier/muerta.htm

Anónimo dijo...

Como siempre excelentes textos en tu blog que dejan algo más en el alma...

marichuy dijo...

Anónimo

Gracias; pero esto fue un vil copypasteo. Qué pena, pero a últimas fechas cargo sobre mí demasiadas presiones, amén de una terrible falta de "inspiración".

Saludos

Néstor dijo...

Es una historia muy bonita, la leí el otro día y le he dedicado una entrada en mi blog!

marichuy dijo...

Néstor

Lástima que no dejaste el link a tu blog, para leer ese post.

Saludos