El té carece de la arrogancia del vino,
del individualismo consciente del café
y de la inocencia sonriente del cacao.
Algún anónimo kaffeinado
Dedicado a aquellos devotos del elíxir obscuro, que no dudan en ir en pos de su amada –bebida- aun cuando la vida se les vaya en ello.
Las fincas cafetaleras de Tapachula: Si bien Hamburgo fue la primera opción (por su mayor altitud y ergo, un clima más frío –merecido tras la ruta costera de Oaxaca y Chiapas-) nada demuestra mejor el ingenio del hombre que la improvisación (forma sutil de admitir que half a block away from heaven sólo es accesible en un 4x4). Mi padre hizo su mejor esfuerzo, y nuestro carricoche también, pero la voluntad divina sabía que nuestro lugar se encontraba a 600 msnm (más son nuestras memorias o metros sobre el nivel del mar, como gustéis).
20:30 horas. Papá exhausto tras el volante desde Juchitán (donde tuvimos el placer matutino de degustar un café soberbio), y su nictalopía no auxiliaba en el camino de terracería; mamá angustiada por la integridad de su Sport Van en el accidentado terreno; y su servidora agobiada por los dos anteriores (tanto circunstancias como personas). Mi adorado padre, hastiado, fatigado –esa maña de los adjetivos gerundescos; participios activos-pasivos en esta orgía de palabras- retornó hasta el punto de entrada de otra finca, Argovia. Lo que no imaginábamos era que a borde de carretera sólo se encontraba la publicidad de ésta en una bodega, por lo que el sinuoso camino se encontraba ya en la penumbra: suficientemente persuasivo para abandonar la aventura cafetalera. Así, mientras mis plegarias se dirigían al Santo Grano Tostado del Soconusco, ocurrió el milagro: una combi blanca, marcada con el presagio divino de La ruta del café, se acercó. El resto se torna borroso.
“Hijos míos: sus preces han sido escuchadas. Seguid la luz de los cuartos traseros y llegaréis a la tierra prometida”.
Empero, a la mitad del camino (justo entre la bruma que se elevaba del Río Cuilco, los pájaros que retornaban a sus hogares entre los enormes, vetustos árboles con raíces de formas increíbles- y el concierto ofrecido por
Disculpen, ¿tienen reservación?
Tras la riña emotiva desatada interior del automóvil, no fue necesario aclarar que no la teníamos: la matriarca de nuestra mini tribu es acérrima enemiga de lo planificado (lo cual ha originado algunos inconvenientes, muchas sorpresas gratas -y otras que no lo son tanto- a lo largo de nuestros viajes). Íbamos a la buena de Dios (como llegó a apuntar la otrora matriarca mayor, mi bisabuela) y buena fe fue propicia: una de las cabañas se encontraba disponible. Tres días y dos noches entre cafetales, flores exóticas, multitud de aves…sin medios de comunicación masiva…tal vez no me encontrara a media cuadra del cielo, pero sí en el mismo barrio, seguro.
Entre el bosque húmedo tropical, uno podría pensar que las laderas están sembradas de: 1) pasto (comida para las vaquitas causantes de parte del efecto invernadero y la deforestación) 2) Pasto que se fuma (el que -según los adolescentes- no les daña el cerebro hasta dejarlos para el teletón) 3) Pasto que se ingiere (eso que la gente llama té). Grande fue mi fascinación al descubrir una variedad de café que en la vida había escuchado: el Maragogipe.
Suelo tener arrogancia enólica, individualismo consciente kaffeinado –aunque en ocasiones me calo el disfraz de lanoso borrego- mas hago gala de inocencia sonriente ante una bella dama, a fin de que me permita realizarle un masaje con cacao mientras un concerto grosso de Corelli se diluye en un fondo crepuscular; ah, mis filias (olfatorias, visuales, táctiles y auditivas) siguen en orden riguroso su origen en los pares craneales: no puedo ir contra la neuroanatomía.
(…) “tanto el café como la humanidad aparecieron en la misma zona de África oriental. ¿Qué tal si algunos de esos hombres-mono probaron las bayas rojas? (...) ¿Podría este grupo de comedores de bayas ser el eslabón perdido, y la memoria de la brillante pero amarga degustación de la fruta el arquetipo de la historia en el jardín del Edén?”
La taza del diablo. Stewart Lee Allen.
Adéndum: múltiples granos Maragogipe ofrendaron heroicamente su aroma y sabor en este post al ser molidos trágicamente. (Continuará).
24 comentarios:
Queridísima
Que viaje tan rico. Me encanta tu mamá... se parece a mi; todo a la buena de Dios, jeje.
A mí me gusta esa leyenda (jaladísima) de las cabras que accidentalmente mordieron los granos del café mientras pastaban y se pusieron locas de contento. Después de verlas, su pastor se llevó unos granos, los hirvió y probó en si mismo su efecto y... el resto es historia.
De ser esto cierto, habría que modificar el dicho:
"como cabra suelta... después de tomarse dos expressos dobles"
Besos bien Kafeinados
“El sacerdote vudú y sus polvos mágicos no eran nada comparados con el exprés, el capuchino y el moka, que son más fuertes que todas las religiones del mundo combinada y quizá, más fuertes que el alama humana” Mark Helprin
"bebida milagrosa, de oscuro brillo y enigmático aroma, seduce a hombre y mujeres para transportarlos al gozo del sabor..." (C.Casadey)
me encanta tomarlo en las madrugadas,cuando aun se siente el frio de la noche saliente... o en las tardes lluviosas...
que ricos dias esos entre los cafetales, la matriarca menor lo disfruto al maximo por su manera de transmitir esas experiencias...
un abrazo
Trascender las dificultades (más si se viaja a la buena de Dios) y tener un momento de incertidumbre previo al paraíso (si, alabado sea el café) de ese aroma a campo, a entraña de la tierra, a estimulante reacción del cuerpo ante la vida que se tuesta para nuestro regocijo.
Encantador relato maravillosa Aurore
Querida:
Me encantan las reflexiones cafeinómanas que seleccionó Algarabía (entre ellas incluye esa maravillosa cita de Helprin...pura verdad) pero no negarás que nuestras divagaciones kaffeinadas son lo máximo (sí, ya sé que me iré al tercer círculo del infierno Dantesco, con una breve escala en el segundo).
Con respecto a la leyenda "cabresca" tuve la oportunidad de visualizarla en un símil del Codex Gigas en el "Café Museo Café" allá en San Cristóbal de las Casas. En el próximo post subo las fotografías fetichistas (son el análogo a mi colección porno): Un capuchimoka...¡oh, sí, oh, Dios! ¡Más, más, más!
Ana:
Por algo abundan analogías entre el café y las "femme fatale".
A mí me encanta tomarlo a todas horas, todos los días, en todos los climas, en todas las posiciones... ¿por qué existirán analogías entre el café y el sexo? No entiendo (ajá).
De matriarca menor... no creo. Ya casi a los 27 años el reloj biológico y su incansable tic tac me recuerdan las tiras de Garfield donde lo termina aplastando de todas las formas posibles...bastantes locos tiene el mundo sin mis vástagos... pero de que disfruté...mmm. Vaya que sí; fue agotadora tanta experiencia orgiástica.
Un abrazo kaffeinado.
Estimado doc:
Sí, el momento de incertidumbre como umbral del paraíso fue casi extático: percibir el aroma de los granos recién tostados, de la tierra húmeda, entre las ramas perfiladas por una pletórica luna, el sonido torrencial del río, el camino empedrado iluminado por las pequeñas antorchas, la bruma que envolvía los cafetales... fue un gozo poderoso (Gracias al señor que no tenía disponible un libro de Borges, Sor Juana Inés de la Cruz o de Marguerite Yourcenar, porque no regresaba de semejante viaje).
Saludos de clímax.
El café es cosa del Diablo... Y quien lo toma conmigo se atiene a las consecuencias.
Té solo de hoja de coca, como lo aprendí a tomar allá en los Andes.
Aurore, gracias por tu viaje cafetalero, no tengo un cita sobre el café, o sobre sus efectos maravillosos, pero tu mamá desde ya me cae muy bien, en verdad supongo que no todos los viajes a la Buena de Dios resultan gratificantes, pero que se convierten en una aventura no lo dudo.
Yo recuerdo largas tardes en casa de mis padres, junto a mi mamá y un entrañable amigo, los tres en la cocina jugando canasta, y mi mamá haciendo café, cafetera tras cafetera se nos iban las tardes, uno acababa sin poder dormir, mi mamá, el otro con dolor de cabeza, mi amigo y yo con un pulso de maraquera que no podía evitar tirar lo que tomara en mis manos. Hasta que un día decidimos no tomar tanto café, claro era el famoso café americano, que a esta edad, pruebo solo en contadas ocasiones.
Cuando descubrí el café Express, volví a nacer, en verdad es una delicia, tengo una colección de cafeteras italianas que me ha ido regalando el esposo de mi prima, napolitano de origen, no sabes el gusto y el placer que me da cuando me manda café de Italia, que suele ser de Brasil pero tratado en el país de la bota. Recuerdo una vacaciones que estaba en el país de Her BB, y ahora que mencionas Hamburgo puedo decirte que sufrí con el café de los alemanes, puede estar fuerte pero no tiene un sabor que me agrade, ni el de la cafeterías de los italianos radicados ahí, así que cuando me pude escapar un fin de semana para ver a mi familia, llegue y le dije al esposo de mi prima, por favor café, inmediatamente me llevó a tomar un rico café, de esos que te tomas de pie de uno o dos tragos, pagas y te vas, fue lo mejor, acto seguido me llevo al supermercado, me compro una hermosa y practica cafetera de estufa, y un paquete de café, hizo todo el procedimiento para curarla, y dejarla lista para que pudiera sobrevivir en el país de Her BB.
El procedimiento y algo que todos los italianos recomiendan, es poner agua a hervir en tu cafetera, tiras el agua, pones de nuevo agua pero esta vez con café, tiras ese café malo para ellos, y listo tu cafetera queda lista para usarla, acto seguido después de preparar tu café, nunca por nada del mundo la laves con jabón, solo agua, sino según la tradición de ellos el café no será tan rico, hay personas que duran años sin lavar su cafetera, esto le da un toque especial al café, queda más rico, aunque suene poco higiénico.
Y por cierto yo me tomo mi café por la mañana, una cafetera para 6 tazas, lo que me da energía para todo el día. Claro siempre me quedo con ganas de otra taza, así que me la tomo con gran placer, trato de no tomar café por la tarde porqué el hambre se me va, vuela por los aires, así que por salud he dejado de tomar café por las tardes. Claro de vez en cuando me doy mi gusto, aunque no coma.
Soy una perica usted disculpe pero el café me vuelve loca y su relato me encantó, estaré atenta para la segunda parte, espero que cuentes que cosas pasaron a la buena de Dios.
Feliz domingo
Menospausas
Abraxas:
Mea culpa.
Ad. Tuve una compañera en la residencia que venía de Bolivia, y con quien compartía café en las noches de guardia: recuerdo cuando me comentó del té de coca; fue estimulante aun de forma auditiva. Además, respeto el uso de estas sustancias cuando se encuentran en el contexto mágico-religioso (v. gr. el peyote de los huicholes, la ayahuasca y la coca en Sudamérica): nada que ver con los yonquies.
Saludos chamuqueros.
Mi muy querida Menospausas:
Mamá tiene la extraña facultad de caer bien telepáticamente; en persona la adoran: Aun llegan a tu casa los que fueron sus alumnos hace 30 años.
El recuerdo de las cartas y sus tardes me hizo traer a la memoria ciertos pasajes de "Muerte por agua" de Julieta Campos.
Ah, el café express. Como expresa en forma zen mi gato anaranjado: "un pequeño expresso llega muy lejos".
Tengo que ahorrar para una cafetera italiana, lo sé. Empero, por alguna extraña razón me aficioné al café en olla de barro y hervido con canela: el que preparaba mi madre cuando acudía a las marchas magisteriales, cuando se encontraba en período de exámenes en la Universidad Pedagógica Nacional (recuerdo vivídamente esos días, cuando después de la jornada semanal en su escuela, tras realizar el quehacer de la casa, y atender a sus tres guerrosos hijos -especialmente yo- cerca de la medianoche sacaba sus libros, y el olor del café impregnaba la casa).
Por otra parte, mi gusto fetichista por las cafeteras italianas ronroneó cuando visité La Parroquia, allá en el puerto de Veracruz (sí, incluso llegué al extremo Kitsch de fotografiarme con ellas, lo confieso -supongo que es lo más cercano a un gesto pop-).
Con respecto a lavar sólo con agua la cafetera, es cierto que los residuos de jabón dejan un resabio horroroso; mientras que los aceites aromáticos que quedan impregnados en las paredes tras el uso continuo es otro mundo. Sabiduría italiana.
Es extraño: a mí el hambre fisiológica como tal nunca se escabulle por más café que consuma; sino que tiene efecto paradójico: mi sistema nervioso entérico lo toma como estímulo, en cuanto la cafeína atraviesa la mucosa gastrointestinal, ya me está gruñendo como monstruo -porque lo escuchan fácilmente terceros- exigiendo comida. Así nunca voy a tener mi índice de masa corporal como lo recomienda la OMS.
Ya somos dos.
Feliz domingo también para su mercé.
tuve que ordenar un corelli para acompañar tu post con aroma de café
(y te doy las gracias por ello)
Mi estimadísima Malbicho:
El agradecimiento es mutuo (porque eso de que las gracias son mutuas se presta a anfibología). Yo disfruté como enajenada tu post sobre cocina barroca y la inigualable décima musa.
Oh, sí. Te Deum por la música barroca.
-- salud por el buen cafe acompaniado por estas mas ricas letras!
Jota Pe:
Un placer tenerlo desde Patito Productions. Lo acompaño con café ante la dicotomía planteada ante el ron y la chela (muy buena). En lo personal me trae reminiscencias de H. Miller.
Pero qué mené...
A ver, a ver...:
Como Todo Mundo sabe, el café resultó de una de esas clásicas y egregias batallas entre el Unicornio y el Dragón. Cuéntase que, al calor del epopéyico combate, el fiero Caballo con Cuerno atacó con el Plateado Cuerno Espiralado, extrayendo unas curiosas esferas rojas (de sangre de Dragón, según las consejas)... y el no menos feroz Dragón, en un postrero intento de victoria, utilizó su ardiente aliento... "tostando" dichas "gotas". Los Hombres, al acudir al sitio del épico encuentro, levantaron reverentemente los tostados "granos" de la draconiana sangre... y héte aquí que la Humanidad tuvo el café entre las manos.
Esta leyenda es parte del patrimonio unicorniano (D.R. Copyright "Proyecto: Unicornio, S. de C.C.)... y se me hace una real "exageración", jejeje!! Pero me halaga la imaginación, y la prefiero a la de las cabras orientales, qué le vamos a hacer!
Con un saludo afectuoso (y un deliciosísimo café de olla ORIGINAL en las manos), se despide, con olor a canela, mmhhh...
el "mokaccino" Unicornio... ¿por el color, ustedes saben, jeje!!)
Estimadísimo Unicornio:
Bien lo representaron en los tapices flamencos del siglo XV como la representación de los cinco sentidos (ese mundo de las percepciones) y un sexto: el honor.
Sangre de dragón tenía que ser (me pregunto si tostada aún conserva las propiedades nórdicas de conferir invulnerabilidad, bien a lo Sigfrido).
Ay, esa canela. En combinación con la sublime metilxantina de la cafeína me mantiene lejos de la cistitis.
Adéndum: ¿Aún le atrae el regazo de las puras doncellas?
Estimad@ Aurore:
Respondiendo a sus amables preguntas:
- Pareciera que, hasta la fecha, el bendito café (de a deveras) conserva propiedades curativas y antioxidantes... siempre y cuando NO se combine con otra herbolaria, como las hojas de tilo... y más en la espalda (si no, como bien comenta vuesarcé, pregúntenle a Sigfried y/o los conocidos Nibelungos).
-Sí, gloriosa (¿piel?) canela. Siempre es incitante. Hasta en el arroz con leche, jeje.
-Y, ejem... si lo sabe Usted, que lo sepa el mundo.
-Sí.
-El Caballo con Cuerno Espiralado se "apazguata", digo, se inclina ante las núbiles doncellas y los inocentes infantes. Es la única manera de "apazguatarlo", perdón, de tenerlo con la guardia baja, caray!
Y me retiro, antes que mi debilidad por la kryptonita se haga evidente (nos gusta con sal y limón, mmhhh!!!).
Wagnerianamente, se despide,
el pazguato, digo, débil Caballito con Cuerno...
P.D. Ah! Casi lo olvido!
También serviría la vieja receta Unicorniana vs. la Cistitis: un delicioso Sirloin (término medio) con un vino Petit Noir de... no, no es cierto!
Debería ser con vino, pero para la infección mencionada, nada mejor que combinar las proteínas del filete (mmhhh, ya se me antojó!!) con un jugo de Arándano lo más natural posible... y voilá!
Antojadizamente,
el vinícola Unicornio...
Estimado Unicornio:
Para antioxidantes me quedo con el "elíxir negro de los sueños blancos" como escribiese Manuel Acuña.
Su receta contra la cistitis me parece excelsa, mucho más hedonista que ingerir unas tabletas de fluoroquinolonas o la aplicación intramuscular de alguna cefalosporina.
Reconocidamente,
Aurore.
Recién empecé a tomar té, o mejor dicho Roibos, aunque reconozco que me gusta el café. Mucho. Qué le vamos a hacer ;)
Bonito post.
Sue:
Gracias por el conocimiento del Rooibos -en lo personal, no lo había escuchado-.
No hay que negar la esencia, y menos si ésta es kaffeinada.
Cuando gustes, éste es tu blog.
Disculpe ud. mi ignorancia... me podria decir el nombre de la santa patrona de este blog...
upss...
Ana:
Tengo el honor de presentarle a Marguerite Crayencour, conocida por su anagrama Marguerite Yourcenar en el mundo literario: ella es Nuestra Santa Patrona de las letras.
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